Los marineros de Ondarroa temen extinguirse ante la prohibición de Francia de pescar en sus aguas: "Esto es una ruina"
La veda pretende proteger a los delfines en su época de apareamiento
La medida estará vigente desde este lunes 22 de enero y hasta el 20 de febrero
Los pescadores vascos se quejan de la falta de ayudas del Gobierno
Al borde de la extinción. Así se sienten muchos marineros vizcaínos que han visto como en los últimos 40 años de los 83 barcos que conformaban la flota de Ondarroa, hoy en día solo quedan 16. Una tónica que se repite en el resto de Europa, donde de 16.000 barcos de arrastre actualmente, solo la mitad siguen en activo.
A este miedo a terminar desapareciendo no ayudan medidas como la prohibición de Francia a faenar en sus aguas del golfo de Vizcaya durante un mes. Desde este lunes 22 de enero y hasta el 20 de febrero. "Para nosotros ha sido un palo porque es el mes en el que más se pesca", dice Mikel Ortiz, de la Asociación de Pesca de Altura de Ondarroa.
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Francia pretende, con esta veda temporal de faenar, proteger a los delfines que se encuentran en época de apareamiento y reducir su mortalidad. Esta es una reclamación histórica de los grupos ecologistas y también de la UE para proteger a los cetáceos. “Los barcos llevan sensores para ahuyentar a los delfines, aunque siempre hay alguno que se cuela porque comen de lo que hay en las redes”, explica este profesional. "Nosotros no pescamos delfines", aclara.
"Una auténtica ruina"
En el puerto vizcaíno de Ondarroa, la medida adoptada repercute directamente a dos buques de altura que ya hoy no han zarpado del puerto. Otros dos barcos de arrastre saldrán a faenar pero sin adentrarse, al menos hasta dentro de un mes, en las aguas galas dentro de sus 200 millas jurisdiccionales en la zona de pesca VIII del Cantábrico Noroeste.
Esta decisión afecta a marineros y trabajadores en tierra que “van a dejar de trabajar cuatro semanas, tienen que irse un mes al paro y van a cobrar 11 nóminas este año y no 12 y lo mismo para los armadores que dejan de ingresar dinero”, se queja Ortiz. Pero sus consecuencias también las veremos en las pescaderías donde dejarán de llegar merluzas, rapes y gallos y los que salgan a la venta lo harán con precios más altos. Se calcula que unos 120.000 kilos de pescado dejarán de llegar a las pescaderías. "Una auténtica ruina", sentencia.
Mientras que a los pescadores franceses, se les ofrecen ayudas por valor del 80% de las pérdidas, a los arrantzales vascos, el Gobierno de España solo les asegurará el 25% de las pérdidas. “Un desastre”, concluye Ortiz.
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