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A pesar de que los viernes los ánimos del alumnado suelen estar más exaltados, hoy en el Colegio Nuestra Señora de La Merced de Loiu (Bizkaia) se respiraba un ambiente inusual. La llegada de la Ertzaintza ha alterado el calendario habitual y las matemáticas o la historia han quedado aparcadas. Los agentes han irrumpido en el centro a primera hora, no para atender una emergencia, sino para impartir una charla preventiva sobre los riesgos de internet.
Tal vez algo impresionados ante la presencia policial o simplemente atentos porque los profesionales en la prevención de delitos informáticos han sabido conectar con ellos, lo cierto es que, para envidia del elenco de profesores, estos alumnos de Quinto de Primaria han seguido desde sus pupitres la charla con una atención inusitada. No han perdido detalle.
A esta edad son muchos los que ya tienen su propio móvil y el resto acceden a internet con los dispositivos de sus padres “prácticamente a diario” para chatear, jugar o buscar archivos para descargar. “Si les enseñamos que un cuchillo se usa para cortar carne o una tarta, pero no para agredir a nadie, lo mismo con el móvil”, explica Iker Legardón, agente primero de la Secretaría General de la Ertzaintza que, con estas charlas, pretende “evitar que los menores se conviertan en víctimas, pero también evitar que terminen siendo agresores”.
A los diez años nadie osaría dejarles las llaves de un coche, pero sí tienen en sus manos las llaves de un universo tan fascinante como desconocido, en el que los riesgos abundan. Por eso, los agentes insisten en recordárselos. “Muchas veces a esta edad se creen que lo saben todo, en ocasiones incluso es verdad que controlan algo más que aita o ama de las nuevas tecnologías, pero tienen que saber pedir ayuda cuando les surjan las dudas, cuando algo no les cuadre o levante sus sospechas”, apunta este ertzaina.
A día de hoy, hasta los menos digitales se han familiarizado con términos como 'ciberbullying' o 'grooming' que sirven para definir algunos de los principales riesgos de internet. Su sonoridad es casi jocosa, pero estas palabras dan mucho miedo.
La primera lección es que en internet “todo el mundo puede mentir” y casi sin darnos cuenta podemos abrir la puerta de nuestra casa a un pedófilo. Estos delincuentes emplean la técnica del grooming para, haciéndose pasar por menores de edad, ganarse la confianza de chavales en la red, hacerse sus amigos y obtener datos personales, para posteriormente enviarles imágenes de contenido pornográfico. El pedófilo busca que el niño o la niña le envíe imágenes suyas de contenido sexual. “Internet ha logrado acercar a los malos, que lo mismo pueden estar a la vuelta de la esquina que en Australia”, les recuerda Iker Legardón.
Si en la calle a un desconocido nunca le darías tu dirección o tu número de teléfono, por qué en internet vas a compartir tus datos con cualquiera, incluso por muy amigo que creamos que sea. El consejo de los profesionales es claro “nunca hay que facilitar nuestra contraseña a nadie”. De hecho, si un amigo empieza a cambiar su comportamiento en la red, posiblemente le hayan sustraído la cuenta.
Los ertzainas han insistido a los chavales que una simple contraseña es la que guarda nuestros secretos en internet y que averiguarla en muchas ocasiones es sencillo para los ciberdelincuentes. Lo mejor para evitar sustos es no guardar y menos compartir fotos comprometidas.
Si alguien lograra acceder a nuestros secretos y tratara de chantejearnos para que le enviemos fotos u otro tipo de contenido a cambio de no hacer públicas nuestras cosas, hay que grabarse a fuego lo siguiente: “Nunca hay que ceder al chantaje”. Solo denunciar el acoso o abuso que se está sufriendo puede ayudar a pararlo.
En la red hay otros muchos peligros como el ciberacoso o 'ciberbullying'. A través del teléfono móvil pueden llegar amenazas, insultos, intimidaciones, humillaciones, fotos trucadas o difundir rumores falsos.
Los menores también pueden ser víctimas de estafas en su uso del teléfono móvil. La más habitual se suele llevar a cabo cuando quieren descargar un politono o un juego. Para poder realizar la descarga tienen que introducir su número de teléfono y reciben un sms que tienen que validar. En el mismo se aceptan un amplio número de condiciones entre las cuales se encuentra “camuflada” la suscripción a mensajes Premium que tienen como consecuencia la recepción de unas facturas de teléfono que superan en muchas ocasiones los 600 euros.
Hoy entre los oyentes no había adultos, aunque “también damos charlas a asociaciones de madres y padres de aquellos centros escolares que nos los solicitan”. Sí, porque las familias tienen que saber a qué riesgos se exponen sus hijos cuando se les deja el móvil sin una supervisión. “No puedo darles el móvil y despreocuparme”, dice este agente, “al igual que en la vida real aquí también son necesarios los límites”.
La charla termina, suena el timbre y toca meter los cuadernos y los lápices en las mochilas. Estos alumnos finalizan su semana lectiva con una lección que les costará olvidar. Como le dijo el tío Ben a Peter Parker en Spiderman: "Un gran poder conlleva una gran responsabilidad".