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Miras la app del tiempo en el móvil y actualizas la pantalla una vez más, esperando que, por fin, aparezca el sol. Pero no. Otro día de lluvia, y ya van demasiados. En casi todo el país, el mal tiempo parece haberse instalado sin intención de marcharse. Y mientras aquí contamos las horas para que llegue la primavera, en Noruega han aprendido a disfrutar precisamente de estos días grises gracias a Koselig, una filosofía de vida que convierte el frío, la lluvia y la oscuridad en una oportunidad para sentirse bien.
Koselig es una palabra noruega que no tiene una traducción exacta al español, pero podría describirse como una mezcla de acogedor, cálido y entrañable. Va mucho más allá de encender velas o ponerse un jersey suave. Es una actitud que los noruegos adoptan para crear bienestar en medio de la oscuridad y el frío.
No es solo un estilo de vida interior. Incluye la conexión con la naturaleza, aunque nieve o llueva; reunirse con amigos y familia; y cuidar de los pequeños detalles que generan confort: iluminación suave, bebidas calientes, mantas mullidas, y tiempo de calidad.
A diferencia de su primo danés, el Hygge, que se centra en ambientes acogedores y decoración, Koselig también promueve salir al exterior, aunque el clima sea adverso. Para los noruegos, no existe el mal tiempo, sino ropa inadecuada. Pasear bajo la nieve o esquiar al atardecer forma parte de esta búsqueda del bienestar.
En los países del norte, el trastorno afectivo estacional (TAE) es frecuente. Sin embargo, estudios como el de Kari Leibowitz, investigadora de la Universidad de Stanford, sugieren que la actitud positiva hacia el invierno y la oscuridad marca la diferencia. En Tromsø, Noruega (donde el sol desaparece durante dos meses en invierno), muchas personas no solo no desarrollan depresión, sino que disfrutan la estación gracias a esta mentalidad.
Leibowitz entrevistó a personas de esta ciudad y descubrió que quienes tienen una “mentalidad positiva hacia el invierno” reportan más satisfacción y bienestar, independientemente de la cantidad de luz solar.
Aunque está arraigada en la cultura noruega, Koselig se puede adaptar a cualquier lugar donde el mal tiempo o la rutina diaria amenacen el estado de ánimo. En lugar de resistirse al invierno o la lluvia, la clave está en abrazarlos y encontrar en ellos momentos de disfrute.
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