En cuestiones sentimentales, la diferencia de edad es algo que sigue generando muchos recelos y prejuicios sociales. En los países occidentales, el 8% de las parejas heterosexuales tienen una diferencia de edad de diez años o más, según un estudio de la BBC. La pregunta es si realmente importa cuántos años separan a dos personas en una relación. En ese sentido, una reciente investigación de la Universidad Emory, en Atlanta (EEUU) trata de arrojar algo de luz sobre cuál es la diferencia de edad ideal para que una pareja sea duradera.
El estudio, llevado a cabo por los profesores Andrew Francis, Hugo Mialon y Randal Olsen, ha analizado a 3.000 parejas estadounidenses para investigar si la brecha generacional influye directamente en la estabilidad de una relación. Y los resultados son reveladores: las parejas con solo un año de diferencia de edad tienen una mayor probabilidad de mantenerse unidas en el tiempo.
En concreto, estas parejas tienen un riesgo de divorcio inferior al 3%, lo que sugiere que cuando las dos personas son prácticamente contemporáneas y comparten experiencias vitales similares su relación se ve reforzada. Una conclusión que tiene sentido, puesto que estar en la misma sintonía vital favorece la comprensión mutua y facilita la resolución de conflictos, lo que a su vez fortalece el vínculo emocional entre ambos.
Por el contrario, las parejas con una diferencia de edad considerable tienden a tener trayectorias vitales dispares, lo que puede generar tensiones y desafíos a largo plazo. Así, una pareja con diez años de diferencia puede encontrarse en momentos completamente distintos de su vida personal o profesional, algo que puede dificultar la comunicación.
Según los resultados del estudio, las parejas con una diferencia de cinco años tienen una tasa de divorcio del 28%, mientras que aquellas con una brecha de diez años presentan un 39% de probabilidad de separación. Y el riesgo de ruptura aumenta exponencialmente cuando la diferencia de edad supera los veinte años. De hecho, las parejas con una diferencia generacional tan amplia cuentan con un alarmante 95% de probabilidad de divorcios, según los datos.
Nuevamente la falta de objetivos vitales alineados y expectativas compartidas son los principales obstáculos a los que se enfrentan las parejas con grandes diferencia de edad. Mientras una persona podría estar enfocada en la jubilación o en una vida más tranquila, su pareja más joven puede estar viviendo el auge de su carrera o desear seguir explorando nuevas experiencias.
Por supuesto, reducir las posibilidades de éxito de una relación a una cuestión de edad es un error. Los investigadores destacan que otros factores, como los valores compartidos, una comunicación fluida y el apoyo mutuo son esenciales para la estabilidad de cualquier pareja, independientemente de los años que les separen.
Lo cierto es que una pareja puede tener una brecha generacional considerable pero si sus miembros están alineados en sus prioridades y están comprometidos en trabajar su relación, los obstáculos que plantea la diferencia de edad son perfectamente salvables.