Desmontando el 'no me da la vida para nada': "Se trata de aprovechar el tiempo de manera eficiente"
La periodista Mapi Hermida ha publicado ‘Sí te da la vida’, un libro con el que aspira a que aprendamos a gestionar nuestro tiempo mejor
Decir constantemente que no tenemos tiempo refuerza una narrativa de escasez y estrés
Combinar conscientemente tareas al mismo tiempo nos puede ayudar a ser más eficientes
Cómo hemos normalizado la expresión “no me da la vida”, “no tengo tiempo para nada”, y con ellas vamos posponiendo aquello a lo que sí nos gustaría dedicarle tiempo: esa clase de yoga que tan bien nos sienta, el café con una amiga o amigo, la lectura o dedicarles tiempo a nuestros padres o abuelos. ¿Te sientes identificado? Seguramente sí, no tener tiempo es una de las pandemias del siglo XXI, el exceso de planes, de trabajo y no marcar límites suele estar detrás de ello. Pero, podemos revertir esa situación, así lo asegura la periodista y divulgadora, Mapi Hermida, que acaba de publicar ‘Sí te da la vida’ (Plataforma Editorial).
“Este libro busca ser una invitación a vivir con intención y a encontrar el equilibrio entre nuestras aspiraciones, obligaciones y deseos. Más que hacer más cosas, se trata de hacer las cosas que realmente nos importan. En él, ofrezco herramientas y reflexiones que nos ayudan a vivir una vida plena y consciente, no solo a gestionar mejor nuestras horas”, explica la autora a la web de Informativos Telecinco.
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Mapi es una auténtica defensora del “multitasking inteligente”, un concepto que proviene del concepto anglosajón “multitasking” que se refiere a la capacidad de realizar varias tareas al mismo tiempo y que, sobre todo, se ha extendido en la era digital y en el entorno laboral. Esta capacidad, que en un inicio se valoró en muchos empleos, hoy en día está muy criticada por los efectos negativos que provoca en nuestro cerebro. Así lo han hecho saber muchos psicólogos y asociaciones con varios estudios como el publicado por la American Psychological Association (APA), que realizó precisamente los costes que esto tenía en nuestra productividad. Sin embargo, el “multitasking inteligente” le da la vuelta al concepto, tal y como explica Mapi Hermida.
“Soy una fiel creyente del “multitasking” cuando es inteligente. No es hacer muchas cosas al mismo tiempo, sino combinar tareas que no compitan entre sí. Por ejemplo, escuchar un podcast mientras caminamos o planificar nuestra semana mientras viajamos en transporte público. Se trata de aprovechar el tiempo de manera eficiente sin sacrificar nuestra atención ni nuestra energía. Esto nos permite ser más productivos y al mismo tiempo disfrutar más de lo que hacemos”.
Pero, sobre todo, ella hace hincapié en la forma en que tenemos de hablarnos. “Si constantemente decimos "no tengo tiempo" o "no puedo más", estamos reforzando una narrativa de escasez y estrés. Por el contrario, hablarnos con amabilidad y optimismo nos permite conectar con una mentalidad de abundancia y calma”. Es decir, la gestión del tiempo no se enfoca solo en aquello que hacemos, sino también en lo que pensamos.
Personas que siempre están ocupadas: ¿qué está pasando?
Seguro que conoces a más de una persona que siempre está ocupada y que nunca tiene tiempo para nada, si no eres tú mismo. ¿Qué ocurre cuando alguien vive sin tiempo permanentemente? Para esta experta en la gestión del tiempo eso suele ser un síntoma de desconexión con nuestras prioridades reales. “Vivimos en una sociedad que glorifica la hiperactividad y que nos lleva a creer que ser productivo es igual a ser valioso. Esto nos deja atrapados en una rueda de tareas interminables que no siempre tienen sentido para nosotros. Nos estamos quedando sin tiempo porque lo fragmentamos en demasiadas actividades, muchas de ellas innecesarias o poco significativas”.
Trabajar en exceso es síntoma de éxito social. La abundancia de dinero y la escasez de tiempo se perciben como factores de éxito
A eso hay que añadirle, el tiempo que dedicamos a las redes sociales y la sobrecarga de información que recibimos a diario. Hemos interiorizado que no hacer nada está mal, que no podemos ser vagos y, para la mayoría de personas, estar sin hacer nada, es estar en el móvil horas. Y, por supuesto, que debemos trabajar cuanto más mejor, pero, ¿qué coste tiene? “Trabajar en exceso es síntoma de éxito social. La abundancia de dinero y la escasez de tiempo se perciben como factores de éxito (“estoy a tope”, “tengo la agenda a reventar”, “no tengo ni un minuto para ti”), aunque esto incide de manera negativa en nuestra salud y felicidad”, señala Mapi Hermida.
Su propuesta pasa por empezar a poner límites. “Aquellos que solo tienen tiempo para trabajar a menudo sacrifican aspectos esenciales de su vida, como las relaciones, el autocuidado y el disfrute. Esto puede llevar a una desconexión emocional y a una pérdida del propósito. Es crucial establecer límites claros, aprender a delegar y recordar que nuestro tiempo es finito. Si todo nuestro tiempo lo dedicamos a trabajar, corremos el riesgo de olvidar que la vida es mucho más que nuestras responsabilidades laborales”.
En este sentido, Ashley Whillans, profesora de la Harvard Business School, en su libro ‘Time Smart’ analiza la obsesión cultural que tenemos con el trabajo y con generar ingresos, y explica que nos han hecho creer que el dinero nos hará más felices. Sin embargo, como reza el dicho, “el dinero no trae la felicidad”, algo que confirma hasta la revista Science.
Rechazar ciertos ascensos puede suponer tener una mejor calidad de vida, pues, cuanto más control tenemos sobre nuestro tiempo, más felices somos
“Whillans sostiene, de hecho, que rechazar ciertos ascensos puede suponer tener una mejor calidad de vida, pues, cuanto más control tenemos sobre nuestro tiempo, más felices somos. Entonces, ¿es preferible tener tiempo o tener dinero? Cuando se trata de hacer trading o elecciones entre tiempo y dinero los estudios son claros. La gente más feliz elige el tiempo”, añade la experta.
Tres herramientas para dispones de más tiempo
Mejorar la gestión de nuestro tiempo es algo que se entrena, y que no se puede hacer de un día a otro. Si esperamos que eso suceda, no va a funcionar. Es posible fluir con la vida, como explica en su libro, pero requiere práctica y conciencia. Para ello hay que identificar actividades que nos absorban y nos hagan sentir realizados, evitar distracciones y aprender a soltar el control sobre aquello que no podemos cambiar. También ayuda simplificar nuestras prioridades y enfocarnos en el presente. “Como dice Pablo D’Ors, “sintonizar con la vida”. No se trata de buscar momentos de tiempo de valor, que sean excepcionales, sino integrar el tiempo de valor en nuestra rutina. Es el estado óptimo de que habla Daniel Goleman, el padre de la inteligencia emocional, una sensación de bienestar, satisfacción personal y realización. Tan fácil como cuando llegas a casa piensas “he tenido un buen día”. Has fluido”.
Ella, además propone tres prácticas sencillas:
- La primera, redefinir prioridades, enfocándonos en lo esencial.
- Incorporar hábitos conscientes como prestar atención a nuestras mañanas que marcan el resto del acontecer de nuestro día.
- Disfrutar de los lazos emocionales, el mayor amplificador de tiempo que hay.
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