El método de Patri Psicóloga para resolver conflictos familiares: "Estas fechas no son el mejor momento"
¿Qué pasa cuando en estas fechas quedan conflictos por resolver en el entorno familiar?
La conocida psicóloga Patricia Ramírez nos da algunas claves para saber gestionarlos con elegancia
Hay que priorizar en aquello que nos hace bien y marcar límites si es necesario para nuestra salud mental.
La Navidad es un momento en el que pasamos mucho más tiempo en familia, por ello pueden aflorar conflictos del pasado y sin resolver que compliquen las sobremesas o los momentos en los que deberíamos estar felices y agradecidos. El dinero, las herencias, los traumas en la infancia, las peleas entre hermanos, los divorcios que no han acabado bien, la muerte inesperada de algún miembro de la familia, las eternas rivalidades, etc., pueden ser un gran foco de problemas. Si bien es cierto que no es lo mismo un conflicto por un regalo del amigo invisible que uno por un trauma del pasado, se pueden llevar a cabo algunos consejos que pueden mejorar las relaciones durante estos días.
En estas fechas pueden aflorar sentimientos, dinámicas del pasado, conflictos sin resolver… ¿Qué podemos hacer con todo esto? ¿Y cómo podemos gestionarlo de la mejor manera para tener unas fiestas tranquilas y en paz? Hablamos con la psicóloga, escritora y conferenciante, Patricia Ramírez, más conocida como Patri Psicóloga en redes, para desgranar todo aquello que podemos hacer en estas fechas para no sufrir.
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“Hay que invitar a la gente a que pongan límites saludables a las relaciones, que por un lado, miremos una escala de valores, prioricemos lo que es el bien común, siempre y cuando no genere un trauma personal. Es decir, yo puedo priorizar reunir a la familia para que mis abuelos, mis padres disfruten todos juntos siempre y cuando yo no tenga un conflicto muy grande con quien tengo que sentarme en una mesa. Cada vez que decimos síes y noes hay que valorar el daño que podemos sufrir al aceptar algo que no nos apetece o el daño que generamos en otra persona al decir que no a una petición. Es algo muy personal, y lo que no puede ser es que el daño sea mayor que el bien que generas”.
Resolver los conflictos con anterioridad
La mayoría de problemas se resolverían si comunicamos las cosas a tiempo y con asertividad, pero muchas veces algunos conflictos se enfrían y pasan años hasta que las personas hablan de ellos, por eso, no hay que esperar un año a que nos veamos con esa persona y dejemos aflorar todo aquello que nos ha hecho sentir mal. “Si el conflicto es un conflicto menor como estar incómodo en una situación porque estamos con una persona a la que le encanta discutir, provocadora, o que habla demasiado alto, lo que hay que tratar es de regular esa situación y decir en la mesa eso no. Podemos pactar, si alguien hace un comentario hiriente, no sentirnos atacados, y por el bien de ese momento y de la sobremesa, no hacer caso. Y, si sigue insistiendo, poner límites con educación”.
Por otro lado, los conflictos hay que dejarlos fuera de las celebraciones navideñas. Eso suena fácil en un inicio pero quizá en la práctica sea difícil de conseguir, y mucho más, cuando hay (normalmente) alcohol de por medio.
“Los conflictos son buenos siempre y cuando sean para resolver algo, yo no creo que una fiesta de Navidad o una comida sea un buen momento para resolver un conflicto, las buenas maneras y la buena educación deberían siempre prevalecer. Lo más recomendable es no sacar temas conflictivos en la mesa, son los que ya conocemos todos: fútbol, política, religión, cambio climático…”.
Los conflictos son buenos siempre y cuando sean para resolver algo, yo no creo que una fiesta de Navidad o una comida sea un buen momento para resolver un conflicto, las buenas maneras y la buena educación deberían siempre prevalecer
Cada casa siente sensibilidad hacia ciertos temas, quizá lo mejor sea evitarlos para no generar conflictos innecesarios. Y añade: “Lo que se trata es de ir a esa comida con amor, significa no voy a generar una tensión innecesaria y para qué provocar una situación en la que otra persona se sienta incómoda. La idea es pasar unos buenos días en familia, sobre todo, por la gente que es más mayor y que disfruta viendo a la familia unida”.
Navidades donde falta un miembro importante de la familia: ¿celebrar o no la Navidad?
La Navidad es una fecha tremendamente nostálgica y familiar, por eso duele el doble cuando falta un ser querido. El duelo por la pérdida es tremendamente duro en estas fechas. ¿Qué conviene hacer entonces? ¿Qué es lo que recomiendan en este caso los expertos? “Depende, claro. No es lo mismo que se haya muerto un familiar mayor que se esperaba que muriese hace dos semanas, a que hayamos sufrido la pérdida de alguien joven por una enfermedad o por un accidente. Si es alguien que ha muerto recientemente, hay gente que invita a poner una silla para esa persona, para recordarla. Podemos hacer un ejercicio para agradecer lo que esa persona ha aportado en nuestra vida, aunque sea un momento emotivo que nos lleve incluso a llorar. Si es un familiar con una muerte reciente y de una forma inesperada, habrá que preguntarle a sus padres o a sus hijos o hermanos cómo quieren celebrar la Navidad. La mejor manera de no meter la pata es preguntando a la persona más cercana cómo quieren celebrar o participar”.
Los 10 consejos para pasar unas navidades tranquilas y en armonía
Estos los consejos que da Patri Psicóloga para tener una “feliz Navidad” o por lo menos intentarlo:
- Ir con el propósito y las expectativas de disfrutar. Si vamos con expectativas negativas a la primera que haya un conflicto se va a generar un mal clima.
- Podemos avanzarnos a ese encuentro familiar mandando mensajes amigables los días previos, así generaremos un buen ambiente.
- Evitar los temas conflictivos y si hay una persona que está siendo atacada, podemos acudir en su ayuda diciendo algo así como “no es el momento”.
- Buscar actividades que en lugar de separar unan.
- Tratar de no competir y rivalizar, por ejemplo, evitar temas que puedan generar competición y presumir como las notas de los hijos, los sueldos, los coches…Dejemos el ego fuera.
- Tratar de que la comunicación sea elegante, no elevamos la voz.
- Miramos el alcohol que consumimos porque un exceso de alcohol nos desinhibe y podemos perder las formas y ser más agresivos.
- Pensar en quién queremos proteger y quien queremos que disfrute. Los mayores suelen ser los que más disfrutan la Navidad, así como los niños.
- Resolver los conflictos antes de que llegue la Navidad.
- Poner límites claros y de forma educada cuando nos queremos proteger de una situación que nos hace sufrir.
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