La columna eruptiva que sale del cono del volcán de La Palma sigue siendo gigantesca. Desde primera hora de este miércoles, con la primera luz del día, ya se podía apreciar su titánica magnitud: la altura que alcanza es de 3.500 metros. Después de 25 días de erupción, sigue impresionando ver de cerca la gran masa de humo y cenizas que lo va cubriendo todo.
El volcán ofrece cada día un paisaje diferente. Desde este martes, la columna de humo y ceniza está siendo mucho más oscura y más densa. En ocasiones, parece que sea de noche, por eso se ve perfectamente la salida de la lava, que ya ha arrasado más de 600 hectáreas. Por el momento, el volcán no parece que vaya a parar pronto.
La columna de gases y cenizas que oscurece La Palma es la protagonista de la jornada, porque el volcán está de nuevo en una fase más explosiva. "La explosividad ha aumentado bastante. Lo que se puede ver en la columna eruptiva es que está emitiendo gran cantidad de gases y de cenizas a la atmósfera", explica Inés Galindo, vulcanóloga del IGME.
La columna de gases y cenizas sube a gran altura, hasta que la densidad de las partículas y de la atmósfera son iguales. "El viento a esa altura va transportando las cenizas lateralmente", destaca Galindo. Las cenizas hoy no están cayendo al suelo, como en días pasados, y por eso tampoco afectan al aeropuerto.
El volcán está lanzando un penacho de gases a más de 3.000 metros de altura con cantidades elevadas de dióxido de azufre, 17.774 toneladas diarias, y esa medida tendría que bajar hasta 100 para pensar que la erupción toca a su fin. Los otros dos parámetros que determinan la energía del sistema volcánico, la deformación del terreno y la sismicidad, también mantienen valores estables con respecto a días anteriores.
Se puede apreciar con nitidez los dos conos que se han formado en el volcán y cómo ambos expulsan lava. "Ahora mismo nos hace indicar que está lejos de que la erupción acabe", detalla Janire Prudencio, sismóloga volcánica de la Universidad de Granada. El volcán alterna fases más efusivas con otras explosivas. Periodos de construcción del cono y otros de destrucción. Un comportamiento esperable y a la vez imposible de predecir.