Este domingo la actividad del volcán de La Palma ha sido muy intensa. Debido a ello, el volcán ha expulsado lo que los científicos llaman “bombas volcánicas”, fragmentos de magma de importante tamaño que pueden causar destrozos. INVOLCÁN ha compartido una imagen en redes de como “la violenta actividad explosiva de ayer deja su huella en forma de bombas volcánicas como esta en una de nuestras zonas de trabajo”.
Durante la erupción volcánica, la montaña expulsa los llamados piroclastos, es decir, fragmentos sólidos que pueden ser desde ceniza, hasta lapilli o bolitas de entre dos y 64 milímetros pasando por grandes bloques de lava o bombas volcánicas.
En la noche del domingo se produjo una rotura de parte del cono principal, que tiene una erupción más estromboliana, es decir más explosiva e intensa. Este tipo de erupciones pueden lanzar la lava solidificada a cientos de metros de la boca del volcán y eso es lo que le pasó a los técnicos de INVOLCAN que trabajaban sobre el terreno el domingo.
La actividad del volcán en las últimas horas ha sido tan intensa, que hasta los científicos que trabajan sobre el terreno fueron evacuados por la UME, encargada de las mediciones de la calidad del aire, que detectó un aumento de los gases tóxicos expulsados por el volcán de La Palma.
La emisión de dióxido de azufre (SO2) a la atmósfera que se ha estimado para el día de ayer por el actual proceso eruptivo en Cumbre Vieja es de 16.000 toneladas; una cantidad que se puede considerar subestimada, según los expertos.
El interés de monitorizar este parámetro es que la emisión de SO2 está estrechamente relacionado con la tasa de emisión de magma en este tipo de sistemas volcánicos. Si se observa una tendencia descendente de este parámetro a lo largo del proceso eruptivo, será una señal inequívoca que la erupción se acerca a su final. Por lo que se ve en el gráfico de Involcan no parece que esa sea la pauta en estos momentos.