Donde no llega el ojo humano, llega la tecnología. Gracias a los drones de la Unidad Militar de Emergencias (UME), desplegada en La Palma desde que comenzó la erupción del volcán en Cumbre Vieja, se pueden ver las bocas del volcán de cerca, incluso de noche, cuando la observación directa es más difícil.
“La vigilancia de la actividad del volcán y del avance de la colada se mantienen las 24 horas del día en la erupción de La Palma. La cámara térmica del dron Condor es una valiosa herramienta para el seguimiento nocturno de la colada”. Así cuenta la UME en Twitter como vigilan de cerca los conos del volcán, incluso en la noche.
Donde no puede llegar el hombre por razones obvias de seguridad, lo hace la tecnología de la mano del Ejército desplazado a la isla bonita desde hace dos semanas.
En las imágenes que ha compartido la UME en Twitter se aprecia el espectáculo del volcán de La Palma en erupción en mitad de la noche, cuando la oscuridad solo es iluminada por una llamarada de fuego y lava.
La labor de la UME en el equipo de coordinación es fundamental. Los militares ayudan a los vecinos desalojados de La Palma que pueden acceder a sus casas a recoger sus pertenencias en unos pocos minutos. Y también asisten a los expertos que estudian sobre el terreno el volcán, en un intento de predecir cuál será el siguiente paso de la naturaleza.
De pronto en la tarde de este domingo, parte del cono principal se derrumbó provocando el aumento de la salida de una lava, cada vez más líquida.
Durante el fin de semana, la UME se ha visto obligada a desalojar incluso a los científicos más próximos al volcán en Cumbre Vieja porque se había elevado la cantidad de gases tóxicos.