Cada día que pasa, aumenta la destrucción que deja el volcán de La Palma. En las últimas horas el cono principal se ha desbordado y ha provocado que un río de lava incandescente caiga como un tsunami por la ladera. Después, ese material se ha vuelto más viscoso y las coladas se ralentizan. Aunque sí se expanden a lo ancho, arrasando todo a su paso.
"Un tsunami de lava". Así lo calificaban los expertos de Involcan cuando captaron las imágenes del desbordamiento del cono principal este jueves. Las coladas de lava han arrasado ya 696 hectáreas y sepultado 1548 edificios; 86 están en riesgo. Según el catastro, 809 serían viviendas. Los vecinos desalojados ya son más de 7.000, después que ayer fueran evacuados los últimos 400 vecinos de La Laguna.
El Instituto Geográfico Nacional asegura que los desbordamientos son habituales y que pueden seguir produciéndose. Ahora estas coladas pierden fuerza porque ganan viscosidad pero los vecinos no saben ya qué pueden esperar. “Estamos viendo como la lava avanza hacia acá y esperábamos que no fuera así y estamos un poco nerviosos todos”, explica un vecino.
Durante esta noche se han vuelto a producir numerosos terremotos, uno de magnitud 4 en Fuencaliente a las 2:30 de la madrugada. “Por las noches como que se despierta más. Por las noches parece un niño revoltoso”, cuenta otro testigo.
Justo es la zona del sur, la que preocupa ahora, entre Jedey y Las Manchas, donde se ha notado una deformación.
Por eso los expertos están muy pendientes de posibles señales como las que son los pinos que empieza a arder desde su base, por ejemplo, o la emisión de gases. Todo para intentar adelantarse al volcán de La Palma.