Con el objetivo de ayudar a tanta gente, hay españoles que están viajando hasta la frontera ucraniana para traerse con ellos a cuantos refugiados quepan en sus vehículos.
Exhaustos pero a salvo, dejan atrás el horror de la guerra en Ucrania gracias a Héctor Pérez y Paulo Ribeiro, dos transportistas gallegos que han rescatado a dos familias con lazos en España. Cuatro adultos y cinco pequeños que están ya lejos de las bombas. "Venimos parando poco a poco porque llevamos niños", señala Paulo, quien también agradece "todos los apoyos que nos estáis dando".
Sin embargo, miles de personas, que pronto serán millones, siguen esperando en Polonia, donde las ONG tratan de canalizar un rally solidario que cruza las autopistas de Europa. Llanos García, de la ONG Juntos por la vida, explica que "estamos trabajando incesantemente para poder mandarlos a España".
Hasta allí llegan furgonetas hasta los topes de ayuda, que regresan cargadas de vida. Aunque después de la alegría inicial de haberlos podido sacar, también se sufre la impotencia de no haber podido hacer más. Un miembro de la ONG Heart to Heart lamenta que "no somos capaces de transportarlos a todos". Al final, un simple abrazo de reencuentro compensa los miles de kilómetros.
Una compañera de Informativos Telecinco, Amaia Alonso, ha viajado con uno de esos grupos hasta la localidad polaca de Rzeszôw, uno de los puntos calientes de la frontera con Ucrania. Su estación de autobuses es una de las más concurridas en los últimos días.
A ella llegan unos diez autocares cada jornada. Y, cuenta Alonso, es cuando "tienen que empezar a buscarse la vida". Añade que esta tarde descargarán la furgoneta en la que han viajado desde España para que "el material humanitario que hemos traído pueda pasar esta misma noche hasta Ucrania".