Las actuales vacunas de la covid-19 evitan que la persona que las recibe se ponga enferma, sobre todo muy enferma, y necesite ingresar en una unidad de cuidados intensivos, si bien no evitan que las personas puedan volver a contagiarse, aunque sufran una infección muy leve o asintomática.
Un claro ejemplo es los brotes que se ha registrado en residencias de Galicia, con ocho casos de Covid-19 concentrados todos ellos en un brote en un centro en Chantada (Lugo) con seis residentes y dos trabajadores contagiados.
El brote registrado en la residencia DomusVi de Chantada rompió el pasado viernes 14 días consecutivos sin casos activos en centros de este tipo, desde que el 16 de abril se diese de alta al último trabajador infectado. En el caso de los usuarios, hay que remontarse más atrás para los últimos contagios, vinculados al brote de la residencia Coviastec de Silleda de mediados de marzo.
Después de conocerse el brote detectado en la residencia DomusVi de Chantada, fuentes de la Consellería de Política Social señalaron que todos los mayores estaban vacunados ya con la pauta completa contra la covid-19 de Pfizer. Sin embargo, una de las personas que trabajan en el centro todavía no había recibido su segunda dosis al no haber completado el periodo protocolario entre la primera y la última. En todo caso, los afectados se encuentran asintomáticos.
En la residencia de Quijas (Reocín), también ha habido un brote, con un número de afectados que ya se eleva a 16 personas, de los que 13 son residentes y 3 trabajadores.
El último caso que se ha conocido hoy mismo es el positivo de uno de los trabajadores, ya que hasta ese momento eran dos los profesionales afectados.
Respecto a las causas que explican este brote, y después de que ayer, martes, el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, afirmara que se estaba estudiando si se había producido algún "fallo" en el mantenimiento de la cadena de frío de las vacunas de Pfizer que se administraron, Wallmann lo ha descartado.
Así, ha afirmado que ni en el transporte de la vacuna desde Bélgica a Cantabria, ni desde que éstas fueron recepcionadas por el Servicio Cántabro de Salud y custodiadas hasta ser descongeladas para ser empleadas se ha producido "ninguna incidencia" respecto a la cadena de frío.
Además, ha señalado que "se ha cumplido perfectamente" el protocolo que hay que seguir con estas dosis una vez que se programó la vacunación en la residencia de Quijas: se sacaron de los congeladores donde se habían mantenido, se descongelaron durante 2 horas, abriéndose un plazo de 6 horas para ser administradas.
Según Wallmann, del brote de Quijas se pueden sacar dos principales conclusiones, una de ellas que el virus se puede transmitir en personas vacunadas --incluso con las dos dosis, como son los usuarios y trabajadores de este centro-- por lo que es "muy importante" no relajar las medidas de prevención en las residencias.
Así, ha hecho un llamamiento a que aquellas personas que visiten a usuarios de las residencias usen la mascarilla y mantengan las distancias y una precaución "alta".