El SEPRONA sigue desarrollando en La Palma una gran labor localizando y cuidando a los animales que han quedado aislados por culpa de la lava que el volcán de Cumbre Vieja continúa expulsando.
Los agentes del SEPRONA son los ángeles de la guarda para miles de animales que se han quedado vagando por la isla. “Todo animal que veamos o que se hayan dejado, lo cogemos y lo traemos aquí”, explica uno de sus miembros sobre la reagrupación en las protectoras.
Aseguran que tras la erupción del volcán hay muchas familias que ya no pueden hacerse cargo de ellos, porque no tienen sitio y no pueden más. Por ello, trabajan en sintonía con la protectora, desde donde reconocen su labor: "Ellos se han involucrado totalmente acompañándonos, haciéndonos llegar a sitios e, incluso, si no hemos conseguido llegar nosotros, ellos han podido darles de comer y avituallarles con comida y agua".
El ritmo de rescates ha bajado con el paso de los días, pero ante la falta de señales de fatiga del Cumbre Vieja, tienen clara su prioridad, aunque los animales sean importantes, lo primero es ayudar a la gente.
El ejemplo más cruel lo protagonizan estos días los podencos atrapados entre la lava. Se les ha podido llevar comida, pero las redes sociales y varias ONG claman por su rescate.
Sin embargo, el rescate de estos podencos no es fácil. La situación de emergencia afecta a muchas zonas y las autoridades consideran que primero hay que atender otras urgencias. Hay muchos frentes abiertos y además la legislación actual no permite transportar seres vivos con drones.