Felipe VI y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, han llegado a la fábrica de Seat en Martorell con motivo del 70 aniversario de la automovilística en medio de algunas movilizaciones convocadas por entidades independentistas en los alrededores del polígono industrial como rechazo a la presencia del monarca en Cataluña. Con la misma intención, no han acudido ni el vicepresidente catalán en funciones, Pere Aragonés, ni ningún conseller del Govern. Entre las autoridades, sí ha estado el alcalde de Martorell, Xavier Fonollosa, del PDeCAT.
Con un amplio dispositivo de seguridad por parte de los Mossos d'Esquadra, el rey y Sánchez, --a quienes han acompañado la ministra de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto y la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera--, han llegado con normalidad a la planta, donde les han recibido el presidente del grupo Volkswagen, Herbert Diess, y el de Seat, Wayne Griffiths.
Las entidades Òmnium Cultural y la Asamblea Nacional Catalana (ANC) han llevado a cabo algunas protestas en las cercanías del complejo industrial con pancartas con el lema 'Cataluña no tiene rey'. También se han movilizado los llamados Comités de Defensa de la República (CDR), aunque no se han registrado incidentes significativos y ambas han quedado disueltas a las 11 horas.
Eso sí algunos de los manifestantes se han desplazado frente la puerta principal de Seat, a la espera de que el Rey saliera de su visita en la sede, y han desplegado la pancarta, en una protesta que cuenta con la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie.
La visita a la fábrica de Seat ha comenzado con una reunión a puerta cerrada entre el rey, Sánchez y Maroto con los directivos de la compañía en el centro de diseño para conocer los proyectos que hay en marcha. Posteriormente, se han adentrado en la fábrica para ver la cadena de montaje y el taller de Cupra, la marca escindida de Seat desde hace tres años caracterizada por sus modelos eléctricos e híbridos, para concluir en el auditorio con la intervención del rey y del presidente de Volkswagen.
En un discurso en castellano y catalán, el rey Felipe VI ha asegurado que el Consorcio del Gobierno con el Grupo Volkswagen e Iberdrola para la primera planta de baterías de coches eléctricos en España es "una señal inmejorable de compromiso" con la cadena de valor del sector, así como con la innovación, la cohesión territorial y la participación público-privada.
El monarca ha manifestado su especial satisfacción en dar a conocer el nuevo proyecto en Cataluña: "Una tierra que representa el espíritu global, audaz y emprendedor que tiene que identificarnos con los tiempos de cambio en le mundo que viviremos".
"Todos somos conscientes de que la apuesta irreversible de España en favor del desarrollo del vehículo eléctrico no estaría completa sin un apoyo público explícito en el ámbito de las baterías", ha añadido el monarca, que ha subrayado que el consorcio para la planta de baterías está abierto a más socios.
Felipe VI ha sostenido que en la transición ecológica el vehículo eléctrico y los vehículos electrificados deben desempeñar un papel central, y que "España quiere ser pionera y garantizarse la posición de liderazgo".
"El proyecto de localización de la producción del vehículo eléctrico de pequeño tamaño de todo el Grupo Volkswagen en España es, sin duda alguna, una magnífica noticia, y un ejemplo de cómo aplicar dichos fondos a proyectos de gran envergadura que afecten de manera transversal a nuestras capacidades industriales", ha subrayado.
Además, el monarca ha saludado "con especial ilusión" la constitución del consorcio del Gobierno con el grupo Volkswagen-Seat e Iberdrola, abierto a la participación de nuevos socios, que va a permitir montar la primera planta de baterías para coches eléctricos en España y una de las primeras de Europa.
En cuanto a la transformación del sector, ha señalado que serán necesarias grandes dosis de liderazgo y compromiso para garantizar que la contribución de España a la automoción esté en el lugar que se merece. "La competencia será muy dura. Y no habrá tiempo para desandar lo que no avancemos ahora, ni para recuperar el camino que dejemos sin recorrer, porque otros lo habrán hecho por nosotros", ha advertido.
En este sentido, el monarca ha remarcado que España y todas sus instituciones "van a estar ahí" y que el país cuenta con condiciones únicas para liderar la transición hacia la fabricación de vehículos limpios, y no únicamente con el ensamblaje de los mismos, sino con la producción de todos los componentes de la cadena de valor.
En esta línea, ha considerado que la transición del sector necesitará también medidas de acompañamiento en aspectos como el despliegue de los puntos de recarga, iniciativas de apoyo público a la demanda o una fiscalidad medioambiental adecuada: "Nuestro apoyo es y será absoluto".
"Todos los presentes en este acto compartimos la misma meta: que el coche del futuro, el de dentro de veinte años, también esté fabricado aquí, en Martorell, y en otros puntos de España", ha señalado.