Larga madrugada en la isla de La Palma, Canarias, iluminada por el fulgor rojo del volcán de la Cumbre Vieja. Pero, más allá de las imágenes, lo que más impresiona en medio de la oscuridad, y también a plena luz del día, es el rugido sordo y constante del volcán.
Un sonido que muchos describen como aterrador y que se oye retumbar a decenas de kilómetros. "Es un ruido raro, de la tierra", comenta una mujer. "Es como una bestia enfadada. Hay ratos que se escucha el sonido muy fuerte y otros que se calma", explica otra vecina.
La erupción volcánica de La Palma tiene dos fisuras, separadas unos 200 metros, y nueve bocas por las que emerge la lava lentamente, según ha explicado el director técnico del Plan de Prevención de Riesgo Volcánico de Canarias, Pevolca, Miguel Ángel Morcuende.