Por las venas de sangre azul de las infantas Elena y Cristina corre ya desde hace días el suero inmunizante de la vacuna china de Sinopharm, una de las cuatro que ha desarrollado el gigante asiático. Las hijas de don Juan Carlos no han desaprovechado el ofrecimiento que según ellas recibieron como forma de pasaporte sanitario para poder visitar a su padre que en la actualidad reside en los Emiratos Árabes Unidos
Hasta ahora China ha aprobado condicionalmente cuatro sueros: los dos de Sinopharm, uno de Sinovac y otro del laboratorio Cansino Biologics en colaboración con la Academia de Ciencias Militares.
La vacuna del Grupo Farmacéutico Nacional de China (Sinopharm), desarrollada en colaboración con el Beijing Institute of Biological Products, está aprobada para uso público en general y ya se se usa en varios países para combatir la pandemia de coronavirus. Consiste en una vacuna inactivada, lo que significa que porta una versión del SARS-CoV-2 alterada genéticamente para ser incapaz de reproducirse, pero que genera una respuesta inmune en el organismo.
Se trata, pues, de una vacuna muy tradicional, al estilo de las vacunas de la Polio (Salk), de la Hepatitis A o de la Rabia. Requiere de dos dosis que deben aplicarse con 21 días de diferencia. Puede transportarse y almacenarse entre 2 y 8° C y permanecer estable durante 24 meses, lo que presenta una ventaja frente a vacunas como la de Pfizer, que requiere una refrigeración a -70° C, y la Sputnik V, que necesita ser refrigerada a -18° C.
Los ensayos clínicos de Fase I y II, publicados en la revista médica 'The Lancet', demostraron que esta vacuna china es segura y eficaz. Los ensayos de Fase III se realizaron en la Argentina, Perú, Egipto, Jordania, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin. En Argentina, las pruebas se iniciaron a finales de agosto de 2020 y fueron realizadas por la Fundación Huésped en los centros Vacunar, con la participación de 3.000 voluntarios.
La compañía estatal china ha creado dos vacunas inactivadas: una con el Instituto de Productos Biológicos de Pekín en su factoría de la capital y otra con el de Productos Biológicos de Wuhan.
La primera recibió autorización condicional de China para su comercialización el pasado 30 de diciembre, mientras que la segunda fue aprobada hoy por la Administración Nacional de Productos Médicos (NMPA).
La vacuna pequinesa de Sinopharm tiene una eficacia del 79,34 % en edades comprendidas entre los 18 y los 59 años, y una tasa de conversión positiva de anticuerpos de cerca del 99,52 %, según la compañía.
Sin embargo, no se han publicado estudios detallados en China sobre los resultados de sus ensayos clínicos y solo los Emiratos Árabes Unidos publicaron el resultado de las pruebas realizadas allí, que hablaban de una eficacia del 86 %, una diferencia de porcentaje que no ha sido explicada hasta el momento.
Más de 9 millones de dosis de las vacunas de Sinopharm se han utilizado ya en varios países del mundo, además de 34 millones en China, según informó la televisión estatal.
Sus vacunas se pueden almacenar en un refrigerador normal, lo que las hace potencialmente atractivas para muchos países en vías de desarrollo, con dificultades para almacenar las de Pfizer o Moderna, que requieren temperaturas mucho más frías.
Sinopharm ha exportado hasta el momento a tres países latinoamericanos: Perú, Argentina y Bolivia, mientras que otra vacuna china, la de la farmacéutica privada Sinovac, se ha distribuido en otros países del subcontinente como Brasil, México, Chile, Colombia, Uruguay o República Dominicana.
En Perú se desató un escándalo tras comprobarse que diferentes altos cargos del gobierno, entre ellos el expresidente Martin Vizcarra, se vacunaron con dosis de "cortesía" proporcionadas por la farmacéutica china antes de que concluyeran los ensayos clínicos el pasado año.
Wang sí explicó que han realizado experimentos con diez tipos de cepas mutantes del virus que han aparecido en el mundo y que los resultados muestran que su vacuna "tiene una buena protección ante las mutaciones".
"La cepa sudafricana, por ejemplo, no afecta a la capacidad de protección de la vacuna", afirmó.
La vacuna inactivada de la compañía estatal china se ha enviado también a dos países europeos: Hungría y Serbia, y a varios del Sudeste Asiático, Oriente Medio y África.
Los responsables de Sinopharm rehusaron detallar las naciones que están recibiendo sus vacunas pero aseguraron que en estos momentos son más de 30 en todo el mundo.
Según el Ministerio de Exteriores chino, al margen de la exportación, el gigante asiático está proporcionando asistencia en la producción de vacunas a 53 países en vías de desarrollo.
Además, ha donado directamente vacunas a países como Pakistán, Bangladesh, la República del Congo, Guinea Ecuatorial o Namibia.
Tanto Sinopharm como Sinovac han solicitado autorización para participar en el programa Covax, que promueve la Organización Mundial de la Salud (OMS), para conseguir una distribución equitativa de las vacunas a todos los países del mundo.
Un equipo de la OMS está analizando ambas vacunas, que tienen previsto suministrar 10 millones de dosis a Covax cuando reciban el visto bueno de la organización internacional.
La de Sinopharm no es la única vacuna que produce un laboratorio chino. También desarrollaron CoronaVac, de Sinovac Biotech y la vacuna llamada Ad5-nCoV o Convidecia, de la compañía Cansino Biologics junto con el Instituto de Biotecnología de Pekín.
Doce muestras de suero tomadas cada una de receptores de dos vacunas desarrolladas por una subsidiaria de Sinopharm y una unidad de Productos Biológicos Chongqing Zhifei retuvieron la actividad neutralizante contra la variante sudafricana, según 'Reuters'.
Sin embargo, la actividad de las muestras contra la variante fue más débil que contra el virus original y otra variante que se está extendiendo actualmente a nivel mundial. Así, los investigadores han declarado que "la reducción de la actividad debe tenerse en cuenta por su impacto en la eficacia clínica de estas vacunas".