La producción industrial en España no acaba de remontar tras la pandemia: faltan materias primas

  • Las principales empresas se quejan de falta de materias primas tras la pandemia

  • El precio del acero y los derivados del petróleo han subido más del 60%

  • La pandemia ha dejado sin componentes electrónicos a la industria del automóvil

Tras el parón de la pandemia, parece que la producción industrial no acaba de remontar. Faltan materias primas básicas. Las principales empresas de automoción de nuestro país están teniendo serias dificultades para retomar su actividad, también los fabricantes de juguetes o la construcción. Esta demora podría repercutir en el bolsillo del consumidor.

La construcción quiere ser uno de los motores de nuestra economía pero los promotores se ven obligados a dejar las obras a medias. El precio del acero y los derivados del petróleo han subido más del setenta por ciento. Sectores como el de los juguetes también se han visto afectados por la falta de materias primas en el mercado. Así, los juguetes y las navidades serán más caras.

La pandemia también ha dejado sin componentes electrónicos a la industria del automóvil. La planta de Citroën en Vigo ha cerrado durante toda esta semana. Mientras, la de Opel en Figueruelas parará el turno de noche durante tres días.

La OCU denuncia la falta de recursos humanos y económicos en salud mental

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha denunciado la falta de recursos humanos y económicos en salud mental, por lo que ha reclamado al Ministerio de Sanidad aumentar la dotación presupuestaria destinada a esta materia "con el fin de garantizar el acceso universal y gratuito a sus cuidados, reduciendo la sobremedicalización en favor de la psicoterapia".

A través de un comunicado, la organización resalta que debería incidirse en la psicoeducación para que los niños y jóvenes "adquieran conocimientos y herramientas que les ayuden a manejar el malestar psicoemocional y las dificultades cotidianas del día a día".

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), por cada dólar invertido en salud mental se recuperan cinco. "Al reducir la incidencia de estos trastornos, disminuirían los costes económicos y sociales asociados a ellos", justifica la OCU.

Ya antes de la pandemia de coronavirus, un 39 por ciento de los españoles encuestados por la OCU sufrían un nivel de malestar psicológico y emocional alto o muy alto. "Y ahora trastornos mentales comunes como la depresión, la ansiedad o el estrés no han hecho sino aumentar", añaden al respecto.

La OCU alerta de que a los centros de Atención Primaria "acude cada vez más gente con problemas psicoemocionales, a veces con manifestaciones físicas derivadas como dolores diversos, molestias digestivas, alteraciones del sueño o de la alimentación".

"Los médicos hacen lo que está en su mano con el escaso tiempo disponible por paciente: recetar fármacos. Una solución transitoria que no hace sino promover la sobremedicalización. De hecho, España se sitúa entre los países de la OCDE con mayor consumo de psicofármacos", insisten.

Por el contrario, lamentan que el abordaje psicoterapéutico, que trata de atajar la raíz de este tipo de problemas, es "muy escaso". De hecho, en España el número de psicólogos clínicos es de apenas 6 por cada 100.000 habitantes, frente a 18 por cada 100.000 habitantes que hay de media en el resto de los países europeos.

"Y son pocas las comunidades autónomas que cuentan con ellos, como Asturias, Cataluña o Madrid, lo que aboca a muchos afectados a pagar entre 50 y 100 euros la hora de un servicio de psicología privado, que lamentablemente resulta inalcanzable para muchos hogares", remachan.