En La Palma, además de la lava lo que preocupa es la calidad del aire. Los científicos analizan los registros de dióxido de azufre de forma constante. Las emisiones se han reducido considerablemente, aunque aún están muy lejos de las 100 toneladas diarias que marcarán el final.
Según el último informe del Departamento de Seguridad Nacional este miércoles se produjo una nueva ruptura del cono principal del volcán y se mantuvo el flujo de lava hacia el oeste alimentando las coladas ya existentes.
Ante esta nueva situación, la calidad del aire refleja un aumento de los valores de dióxido de azufre (SO2) en la vertiente oeste de la isla y se estima una emisión diaria de entre 6.000 y 9.000 toneladas de SO2 a la atmósfera por este proceso eruptivo.
Además, los expertos aseguran que se acerca una calima con polvo en suspensión, lo que podría complicar la situación.
Se ha observado una tendencia descendente de la emisión de dióxido de azufre (SO2) durante los últimos cuatro días, alcanzando en el día de ayer el valor de 16.350 toneladas diarias, siendo un valor subestimado. En cuanto a la emisión difusa de dióxido de carbono (CO2) en el edificio de Cumbre Vieja, tras una tendencia decreciente de diez días, desde el día 22 se viene produciendo una tendencia ascendente, registrándose ayer 1.380 toneladas.
Las próximas horas el viento continuará soplando de componente norte hasta 5.500 metros y se prevé que el penacho de cenizas y SO2 de la columna eruptiva se disponga en las próximas 36 a 48 horas hacia el suroeste y oeste del foco eruptivo. Este escenario meteorológico es favorable para la operatividad de los aeropuertos canarios. No se descarta la llegada de ceniza fina a El Hierro. Este viernes continúa una probabilidad baja de precipitaciones débiles en las vertientes norte y este de La Palma.