Casi siete meses después de la inhabilitación de Quim Torra (desde el 28 de septiembre) y tras tres meses de negociaciones entre Esquerra y JxCat que han mantenido la incertidumbre hasta el último momento, Cataluña vuelve a tener president. Pere Aragonès ha sido investido este viernes con los votos de Esquerra (33), JxCat (32) y la CUP (9), que han sumado 74 escaños. PSC (33), Comunes (8), Ciudadanos (6) y PP (3) han votado en contra.
Las exigencias de los antisistema, sumadas a las advertencias postconvergentes, dibujan una presidencia que va a estar marcada por la radicalidad independentista que acompañará desde el minuto cero la estrategia de diálogo que pretende capitanear Aragonès. Los republicanos apuestan ahora por negociar un referéndum pactado 'a la escocesa' con el Estado en la mesa de diálogo Gobierno-Generalitat (un sueó recurrente que Illa ya ha dejado claro que no es posible) y Junts y la CUP ya han expuesto reiteradamente que no tienen fe en que esta fórmula progrese- Los antisistema de la CUP han ido más allá y han pactado ya un plazo de dos años con Aragonès, que pasado este tiempo deberá someterse a una cuestión de confianza en el mismo Parlament que lo ha elegido hoy.
El candidato a la Presidencia de la Generalitat, el republicano Pere Aragonès, se ha comprometido este viernes a ser el presidente de todos y a trabajar para que toda la ciudadanía pueda verse representada en su figura aunque no comparta su proyecto político: "No quiero que esta sea una victoria de partido, quiero que sea una victoria de país. Mirar hacia otro lado, esconderlo debajo de la alfombra o esconder la cabeza como un avestruz no hace desaparecer el conflicto".
"No venimos aquí pensando que ahora que asumimos las máximas responsabilidades todo estará en nuestras manos y seremos 'Deus ex machina' para resolverlo todo", sino que son conscientes de las dificultades, pero tendrán la determinación de que el asunto se debe resolver políticamente. "Y en una democracia, eso es votando", ha proclamado Aragonès, que ha asegurado que la mayoría independentista quiere que participen en la votación todos los ciudadanos de Cataluña, incluso los que se ven privados del derecho de voto por una Ley de Extranjería que cree que se debe superar.
Aragonès ha recordado que la Generalitat no sería lo que es sin la labor de sus expresidentes Francesc Macià, Lluís Companys, Josep Irla y Josep Tarradellas, todos ellos de ERC, y ha destacado el papel también de personas anónimas a lo largo de la historia, como los que "hicieron historia" el 1-O.
Ha recordado también al exvicepresidente del Govern y líder de ERC, Oriol Junqueras que salió de la cárcel ; a la expresidenta del Parlament Carme Forcadell, a los exconsellers Raül Romeva y Dolors Bassa, que están en prisión, y a la secretaria general de ERC, Marta Rovira, en el extranjero, así como a todos "los exiliados y presos políticos y gente que está sufriendo la represión" por el 1-O.
El nuevo presidente del Govern, Pere Aragonès, se ha convertido este viernes en el primer miembro de ERC que ostenta la Presidencia de la Generalitat después de 41 años, ya que desde 1980 este cargo se había repartido entre CiU, el PSC y Junts; aunque es el primero republicano investido por el Parlament desde Lluís Companys en 1933.
La última vez que los republicanos tuvieron este cargo fue con Josep Tarradellas, que fue presidente en el exilio hasta que Adolfo Suárez restauró de la Generalitat en 1977, cuando ocupó la Presidencia de la institución de forma provisional hasta que Jordi Pujol (CiU) fue elegido jefe del Ejecutivo en las primeras elecciones autonómicas de 1980.
Desde entonces, los presidentes de la Generalitat siempre habían sido de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) --Pujol, Artur Mas y Carles Puigdemont, aunque en el caso de este último bajo las siglas de la coalición JxSí y durante la legislatura CDC se disolvió en el PDeCAT--, de formaciones herederas de este partido, como Junts --Quim Torra--, y del PSC --Pasqual Maragall y José Montilla-Así, la elección de Aragonès supone que, por primera vez desde la Transición, la Generalitat esté encabezada por un partido favorable a la independencia y que se define como una formación de izquierdas.
Este hecho coincide con el 90 aniversario de la fundación de ERC, cuya efeméride es el 19 de marzo, y se produce con el líder del partido, Oriol Junqueras, en prisión, y la secretaria general, Marta Rovira, en Suiza para evitar comparecer ante el Tribunal Supremo. Aunque Tarradellas fue presidente hasta 1980, Aragonès será el primer jefe del Ejecutivo catalán de ERC investido por el Parlament y surgido de las urnas en 80 años, después de Lluís Companys.
Antes, Francesc Macià accedió al cargo en 1931 después de que proclamara unilateralmente la "República catalana como Estado de la Federación Ibérica" a raíz de las elecciones municipales y finalmente llegara al acuerdo con el Gobierno de la Segunda República de constituir la Generalitat.
En 1932, se celebraron las primeras elecciones al Parlament de la historia, que ERC ganó con una amplia mayoría y que ratificó a Macià en la Presidencia del Govern hasta que murió de forma natural el 25 de diciembre de 1933. Con su muerte, otro republicano, Joan Casanovas, ostentó la Presidencia de manera interina unos días hasta que fue investido Companys, que ejerció el cargo hasta ser destituido y encarcelado en octubre de 1934 tras proclamar el "Estado catalán de la República Federal española".
Sin embargo, en febrero de 1936, con la victoria del Frente Popular en las elecciones generales, el Estatut se restableció y Companys volvió a ser presidente de la Generalitat, cargo que ocupó durante la Guerra Civil y en 1939 se exilió a Francia, donde fue detenido por la Gestapo nazi y el 15 de octubre de 1940 fue fusilado por la dictadura franquista en el castillo de Montjuïc.
Con la dictadura, ERC mantuvo la institución de la Generalitat en el exilio y, tras el fusilamiento de Companys, la Presidencia la ocupó Josep Irla entre 1940 y 1954, cuando dimitió por su avanzada edad y lo relevó Tarradellas, el último presidente que ha tenido ERC hasta la elección de Aragonès.
Tarradellas mantuvo la Presidencia en el exilio, del que volvió en 1977 y pactó con el jefe del Gobierno, Adolfo Suárez, el restablecimiento de las instituciones catalanas, fue nombrado presidente de la Generalitat provisional, se aprobó el Estatut y dejó el cargo tras las primeras elecciones autonómicas de 1980 que ganó Pujol. Ahora, los republicanos vuelven a ocupar el puesto de mando de la Generalitat y lo hace de la mano de Junts y de la CUP, dos partidos netamente independentistas.
De hecho, se trata del tercer mandato que los republicanos comparten con los de Puigdemont, después de una legislatura en la que se ha demostrado que, pese a ser independentistas, los partidos del Govern han defendido estrategias diferentes --opuestas incluso en algún momento-- que han hecho peligrar la legislatura.
En esta ocasión, el botón de las elecciones corresponde por primera vez a los republicanos, que consiguieron imponerse por 35.000 votos a Junts en las elecciones por primera vez, aunque no consiguieron ganar los comicios autonómicos, un ejercicio pendiente todavía para ERC desde el restablecimiento de la democracia.