Cataluña sigue partida en dos. Los independentistas ganan terreno y superan el 50% de los votos y logran una mayoría absoluta en escaños. El efecto Illa no contiene esa hegemonía aunque gana en votos pero no en escaños. Solo la incapacidad del independentismo de unirse puede evitar que gobiernen juntos. Es una opción.
Otra, que Illa logre el apoyo de ERC y Comunes para un Gobierno de izquierdas. Complicado y más vista la reacción de Junqueras. ERC presume de ser de izquierdas, pero a la hora de gobernar el independentismo de derechas tira más aunque luego haya que convocar elecciones porque no se ponen de acuerdo. Y otra es que Illa apoye a Aragonés en un pacto de izquierdas. Tú en Cataluña, el PSOE en Madrid. Illa ha dicho que presentará su candidatura, pero puede perder y apoyar a ERC. Los independentistas han soltado ya dos órdagos: referéndum independentista pactado y amnistía. Aragonés se ve más president que Illa y hará valer su fuerza.
Las elecciones catalanas han demostrado varias cosas de nuevo, entre ellas, que los catalanes le tienen más miedo al coronavirus que al independentismo lo que se ha reflejado en una participación que ha dejado a más constitucionalistas en casa. Y sí, si hubo efecto Illa, que logró ganar las elecciones, pese a su desempeño durante la pandemia. Confirman una vez más las elecciones de Cataluña que salir en televisión trae a cuenta y da votos dando por buena la consigna de que hablen de ti aunque sea mal. Illa ha dedicado emocionado su victoria a su compañero Sergi Mingote, y ha dejado claro que se va a presentar a la investidura porque la victoria en votos es un mensaje de cambio. Lo hará aunque sea solo para hacer lo contrario que Arrimadas.
La realidad es que la gobernabilidad en Cataluña no va a ser fácil. La victoria Salvador Illa -que demuestra el acierto de Sánchez que conoce a los españoles como pocos-, no ha sido suficiente para impedir una mayoría absoluta de los independentistas en el Parlamento de Cataluña, aunque ahora es ERC el que supera por fin a JxCat. Y eso sí tiene consecuencias porque el partido de Puigdemont se ha convertido en uno más radical que el de Junqueras. No olvidemos que ERC y PSOE tienen un pacto en Madrid que puede hacer que un Gobierno de izquierdas junto con los Comunes (que resisten e igualan sus resultados) sea remoto pero factible. Estos ya han ofrecido a Illa su apoyo.
PSC y ERC han obtenido 33 escaños, seguido de Junts, con 32. Los socialistas han logrado más votos que ERC. La realidad es que ERC, con Pere Aragonés como candidato, ha empatado en escaños con los socialistas este domingo y puede gobernar, o con sus compañeros del 'procés' -Junts- o con el PSC y los comunes, con éstos dentro o fuera del Ejecutivo. ERC se comprometió, mediante firma, a no apoyar a Illa como candidato a la Presidencia, ni a utilizar sus votos, pero ahora veremos si cumple. Aunque Illa ha asegurado que él presentará su candidatura a la presidencia, no es descartable que le encargue antes a Aragonés hacerlo si este amarra el acuerdo con Laura Borrás, la líder de Junts. Illa intentará impedirlo.
Vox es otro de los grandes triunfadores de la noche y se convierte en la cuarta fuerza política del Parlament con 11 escaños. Suma más que Ciudadanos y PP juntos. Supone un revolcón para un Casado que ha pagado cara su moderación. Con Cayetana se combate mejor a Vox. Lo que demuestra el mal resultado del PP con tres escaños es que su posición en Cataluña es residual. Casado no parece que vaya a verse afectado por este resultado, pero la posibilidad de que controle a Vox como el PSOE ha hecho con Podemos le va a llevar más años de lo previsto. El PP ha echado la culpa al efecto Bárcenas los resultados. Mal consuelo.
La CUP ha logrado también un gran resultado con 9 escaños mientras que los Comunes se mantienen con 8. Ciudadanos ha sufrido un terrible descalabro que pone en duda su futuro como partido. Nació para liderar en Cataluña, lo logró, se olvidó de ella para mirar a Moncloa y lo ha pagado. Con un destrozo sideral. Ahí se queda con 6 (tenía 36 escaños) y un comité de urgencia.
Arrimadas y su Ciudadanos no levantan cabeza. Las anteriores elecciones autonómicas, Galicia y País Vasco, también fueron muy malas para Ciudadanos. En Galicia se quedaron fuera de la cámara legislativa, y en Vitoria consiguieron entrar, pero en una lista conjunta con el PP. Por ahora, nadie dimite.
El coronavirus ha sido otro de los grandes protagonistas de los comicios. Sólo fueron a votar el 53% de los electores catalanes y parece que los independentistas siguen estando más motivados para hacerlo. Sí, son más que las gallegas y vascas, pero el miedo ha votado porque se venía del 80% de 2017. En suma, una gobernabilidad compleja y unos resultados que van a enquistar más aún la situación de una Cataluña enquistada en dos mitades. Veremos cómo hace Sánchez para evitar ahora la presión de un referéndum. La amnistía o el indulto a los presos del procés parece ahora más cerca. El Constitucionalismo, siempre dividido, ha perdido una nueva batalla.