Pedro Sánchez ha viajado hasta Rabat para encontrarse con el rey de Marruecos, Mohamed VI. Una reunión que ha comenzado a primera hora de la tarde y cuyo objetivo es retomar las relaciones con el país vecino, tras el giro inesperado del Gobierno respecto a la situación del Sáhara Occidental.
Tras el primer encuentro, ambos dirigentes se reunían de nuevo para la cena, el tradicional 'iftar' con el que los musulmanes rompen el ayuno por el Ramadán y al que Sánchez ha sido invitado para dar inicio a la nueva relación entre ambos países.
Pedro Sánchez ha asegurado, en una conversación informal con los medios de comunicación, que el encuentro desencadenará "cosas muy positivas" que se podrán ver en los próximos días. Insiste en que la decisión del Gobierno respecto al Sáhara es la mejor posición para España
El presidente del Gobierno ha acudido a Marruecos acompañado por el ministro de Exteriores, José Manuel Albares. La reunión ha escenificado las nuevas relaciones entre los dos países para tratar de poner fin a la crisis diplomática España-Marruecos que tuvo su punto más complicado con el ingreso en un hospital de Logroño del líder del frente polisario. Tras ese episodio miles de ciudadanos marroquíes, la mayoría menores, llegaron a nado a Ceuta de manera ilegal alentados por su propio gobierno.
Ningún grupo parlamentario ha aceptado la decisión del Gobierno, salvo los socialistas, con la que pretenden poner fin a las tensiones diplomáticas a cambio de aceptar una autonomía para el Sáhara, como quería Rabat. Entre las cosas positivas que esa paz traerá se encuentra la reapertura de fronteras o el compromiso a respetar la integridad territorial, algo que reafirma Sánchez, no se negocia. "La integridad territorial de España y la soberanía está fuera de toda duda y fuera de discusión".