La inflación desbocada en nuestro país ha sido el principal argumentos que hoy la oposición ha utilizado para echar en cara al gobierno su gestión de la economía. La respuesta de Pedro Sánchez, en un larguísimo debate, que se ha extendido 8 horas en el Congreso de los Diputados, ha sido pedir la "unidad" a todos los grupos políticos para evitar -ha dicho- que se ponga en riesgo el estado de bienestar en España.
El Presidente ha reclamado más diálogo para llegar a acuerdo y ha recordado que ni siquiera el PP le ha negado el apoyo a sus medidas. Y eso que los populares han planteado un debate durísimo, presentando una España a la que le afecta más la crisis por culpa -según ellos- de la gestión del gobierno.
"¿Qué más tiene que ocurrir para que respondamos unidos?". Pedro Sánchez ha apelado insistentemente a la "unidad", pero los grupos, incluidos sus socios, le han advertido de que está exigiendo unidad a cambio de un cheque en blanco. El presidente, por su parte, se "agarra al clavo" de que "no han dicho que no".
Unanimidad rotunda, sin embargo, entre todos los grupos políticos -salvo el socialista- cuando de la cuestión del Sáhara Occidental se trata. Todos han criticado duramente a Pedro Sánchez por su viraje en cuanto al conflicto sobre la independencia del pueblo saharaui.
El presidente ha negado que haya sido un giro. Él lo ha definido más bien como un paso más para resolver un conflicto enquistado. "Mi responsabilidad es defender los intereses de España", ha pronunciado Sánchez, quien ha pedido a todos los grupos que comprendan la complejidad del asunto, pero no ha conseguido convencerles.
Todos, incluido Podemos, han criticado las formas y el fondo y el presidente ha salido de este punto del debate tan solo como entró. "Si todos estamos de acuerdo que no va por el camino correcto a lo mejor el problema es usted", le han reclamado desde el PP.