Uno de cada 16 pacientes covid ingresados sufrió algún evento cardiovascular mayor (MACE) -como accidente cerebrovascular, enfermedad tromboembólica venosa, insuficiencia cardiaca o mortalidad por causa cardiovascular- en el primer año tras la hospitalización, la tercera parte en los primeros 30 días.
Es una de las conclusiones de un estudio publicado en la Revista Española de Cardiología en el que se analizó, a partir de 673 pacientes de un centro de referencia entre el 10 de marzo y el 4 de mayo de 2020, la incidencia de este tipo de eventos durante el primer año tras la hospitalización por covid-19.
De los participantes, el 53,9 % eran varones con una media de edad de 66,7 años; la prevalencia de factores de riesgo vascular fue elevada, con un 17,9 % de fumadores, un 30,3 % de diabéticos y un 20,8 % de obesos, y las comorbilidades más prevalentes de las analizadas fueron las cardiológicas (23,1 %).
Bajo estas premisas, el primer hallazgo con el que se encontraron los investigadores fue "la elevada incidencia de eventos cardiovasculares tras el ingreso", ya que "uno de cada 16 pacientes hospitalizados por COVID-19 sufrió algún MACE en el primer año tras el ingreso y un tercio de estos, durante los primeros 30 días”, detalla uno de los responsables, el doctor Negreira Caamaño.
El evento cardiovascular más frecuente en el seguimiento, que se prolongó durante un año hasta el 18 de abril de 2021, fue la hospitalización por insuficiencia cardiaca, mientras que la enfermedad tromboembólica venosa fue el más precoz, especialmente en forma de tromboembolia pulmonar. En concreto, el 75 % de los casos de ETEV se produjeron en los primeros 30 días y el 62,5 % fueron tromboembolias pulmonares, todas ellas precozmente tras la hospitalización.
Datos que, según la SEC, contribuyen a enfatizar la asociación de la covid con la enfermedad cardiovascular y "otorgan plausibilidad a la hipótesis de que el SARS-CoV-2 actúe como un factor modificador de la enfermedad cardiovascular" de forma análoga a como interactúan otros agentes más estudiados como el virus Influenza. No obstante, “se requieren más estudios que profundicen en el impacto cardiovascular del virus a largo plazo y que permitan caracterizar los mecanismos fisiopatológicos subyacentes”", concluye Negreira.