En España hay 3.400 hurtos amorosos al año y deben su nombre a este modus operandi; mujeres que engatusan, o abrazan sin sentido, para asaltar a personas mayores a las que quitan los relojes sin que se percaten, o si es necesario rompiéndoles un dedo en el forcejeo, o dejándole ciego de un puñetazo como es el caso.
La mujer es la ladrona, su pareja conduce. De los 44 detenidos, 17 son mujeres y 3 menores. Los hijos aprenden, mirando y comenzando sus pinitos con robos de cartera, con la estrategia de la persona sordomuda. El clan de los Vaduva intentaba así perpetuar la estirpe.
Cuando los niños crecían, retiraban a sus padres que se marchaban a Rumanía a vivir el exilio dorado. En Tandarei se gastaban el dinero los patriarcas viviendo por todo lo alto; 10 propiedades de lujo y numerosas cuentas bancarias han sido intervenidas.
El clan ha sido descabezado con la detención de los 9 patriarcas en una operación conjunta de la Policía Nacional y Europol.
Llevaban 3 años en España, asaltando ancianos con buenas joyas y sobre todo relojes, todos los días. Parece mentira pero en una urbanización de La Moraleja, la víctima corría con su Rolex en la muñeca. Lo habían observado.
Tenían una flota de más 300 coches que movían de manera itinerante por todo el territorio. Calculen todos robos cometidos por el clan de los Vaduva. En Málaga 100. Las victimas inimaginables. Lo robado asciende a un millón de euros, preferentemente Rolex. Alguno vale 35.000 euros.
Para sus campañas alquilaban casas rurales y desde ahí trazaban un perímetro de 100 kilómetros, "limpiando" a todos las víctimas propicias que encontraban. Después de cada hurto, otro coche recogía la mercancía y la llevaba camuflada a un segundo vehículo "caleteado" que se encargaba de sacar de España la mercancía.
Los relojes que no cruzaban a frontera eran escondidos en uno de los pisos de clan pero duraban poco. Tenían su mercado de compra-venta de relojes y les interesaba el dinero líquido y rápido. Cuando entraron en ese piso, os agentes encontraron 41.000 euros, 66 relojes y 264 piezas de joyería.
Dejaron la estela de los robos por todas partes, pero no en todos pudieron identificar a las ladronas. Cuando iban a las ruedas de reconocimiento, todas las sospechosas iban vestidas prácticamente igual y se parecían. Los ancianos no lograban señalar.
La UDEV se puso manos a la obra al comprobar el incremento descomunal de robos por el método del "abracito". La zona de Levante, Cataluña y la Costa del Sol, las más castigadas por el clan.
Su cuartel general estaba en Getafe donde vivían todas las familias juntas, de manera austera y discreta. Sin dar la nota. Todo lo contrario al dispendio y el jolgorio que montaban en Rumanía. La fiesta se ha terminado. "Les hemos dejado sin ningún recurso económico" ha explicado el comisario de la UDEV, Tomás González de Oliva.