El volcán de Cumbre Vieja en La Palma continúa exhibiendo su imparable energía y se resiste a mostrar signos de un fin de la erupción. Más de dos meses después, continúa causando estragos y sembrando desolación entre los palmeros.
En estos momentos, gran parte de la atención la centra la nueva colada que se originó ayer después de que se confirmase la reapertura de un foco eruptivo en el extremo oriental; una fisura con varios puntos de emisión de lava a menos de 1 kilómetro al sur del cono principal.
Su aparición sorprendió a todos, especialmente tras comprobar que ese punto de salida de lava se abrió bajo una casa, siendo desde ahí desde donde partió la colada que minutos después arrasó el cementerio de Las Manchas.
El aluvión de la nueva colada se bifurca en varios cauces que avanzan a una gran velocidad, superior a los cinco metros por segundo en algunas zonas.
En Las Manchas y los aledaños de Montaña Rajada y Montaña Cogote, desde cualquier ángulo, se aprecia la rapidez con la que avanza una riada ardiente y muy fluida que tiene su origen en una zona muy profunda bajo el cono.
Tras confirmarse la aparición de la nueva fisura, los científicos se desplazaron inmediatamente a la zona de la nueva colada para tomar muestras. En su trayectoria, la nueva colada ha arrasado varias viviendas de una zona de exclusión donde antes solo había ceniza.
A vista de dron, hoy se aprecia la magnitud del desastre. En muchas viviendas apenas se divisan los tejados, mientras el volcán sigue rugiendo con fiereza, arrojando lava que vuelve a discurrir sobre coladas ya existentes.
Mientras, continúa acumulándose la ceniza en La Palma, incluyendo en un aeropuerto que se mantiene bloqueado. Se prevé no obstante que el giro del viento disponga la nueve de cenizas y dióxido de azufre hacia el oeste a partir de la próxima madrugada, lo que supondría un escenario favorable para su operatividad.
A estos problemas, por su parte, se suma la previsión meteorológica, con fuertes lluvias acompañadas de tormentas, ante lo cual alertan por posibles “flujos de lodo con enorme fuerza mecánica”.
Por su parte, según los expertos del Pevolca, la sismicidad a profundidades intermedias sigue en niveles bajos y en las mismas zonas. A profundidades superiores a 20 km ha disminuido aún más, aunque la magnitud máxima ha sido un seísmo de 4,8 grados de un evento registrado ayer.
Además, han informado, “hay una posible deformación local en el entorno del cono principal, con magnitud pendiente de confirmación”.
Entre tanto, ya son 513 personas las que han tenido que ser albergadas en hoteles, mientras los últimos datos recogen un total de 1.506 construcciones dañada.