El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha asegurado que la emergencia climática es "una carrera que se está perdiendo" pero que "se puede y se debe ganar".
En conmemoración con el Día Mundial Humanitario, Guterres ha rendido homenaje a todos los que ayudan a las personas necesitadas y ha instado a apoyar la campaña 'The Human Race', que tiene como objetivo proteger a las personas más vulnerables de la emergencia climática, ha informado la ONU.
Para ver la gravedad de la situación, la NASA ha creado una herramienta en la que se puede observar las consecuencias del cambio climático en todo el mundo en relación con la subida del nivel del mar. Así, en el mapa interactivo se puede seleccionar el año y ver cuánto y dónde habrá subido el nivel del mar de manera considerable.
En el litoral español las playas que se verán más afectadas serán las de las islas Canarias y las de Cádiz, que tendrán subidas de hasta 81 centímetros en el año 2100. Le siguen muy de cerca las playas del mediterráneo y de la cornisa cantábrica, que no se libran del cambio climático con subidas de unos 75 centímetros de media para el año 2100.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha presentado un informe en el que asegura que alrededor de 1.000 millones de niños, casi la mitad del total de 2.200 millones que hay en el mundo, viven en uno de los 33 países considerados "de muy alto riesgo" por los efectos del cambio climático en sus vidas.
Según ha explicado UNICEF en dicho informe, concretamente, los jóvenes afectados residen en países como República Centroafricana, Chad, Nigeria, Guinea y Guinea-Bissau, siendo los más vulnerables a este fenómeno que pone en peligro "su salud, su educación y su protección, y los expone a enfermedades mortales".
Así se ha determinado que la crisis climática "es una crisis de los derechos del niño", en el que es la presentación del 'Índice de Riesgo Climático de la Infancia', el primer análisis exhaustivo de los riesgos climáticos desde la perspectiva de los niños.
El índice los países se clasifican en función de la exposición de la infancia a las "perturbaciones climáticas y medioambientales", tanto con fenómenos como los ciclones y las olas de calor, así como su "vulnerabilidad" a dichas alteraciones según su acceso a los servicios esenciales.