Desde que empezó la erupción del volcán de La Palma son muchos los que se han acercado a ver este fenómeno natural. Las autoridades no se casan de advertir del peligro. Ponen en riesgo sus vidas y las de los demás, al colapsar las carreteras.
"He venido a verlo. Es impresionante", admite un vecino a pesar del riesgo que supone acercarse al volcán o a la lava, que ladera abajo, están ya muy próxima al mar. El perímetro evacuado y al que no se debe acercar nadie ya alcanza los tres kilómetros, tras abrirse una nueva boca eruptiva esta noche.
Quien se acerca pone en riesgo su vida y la de los demás, la de vecinos y personal que trabaja por la seguridad de los habitantes de la isla desde que comenzó la erupción del volcán de Cumbre Vieja.
Además de las coladas de lava, son un riesgo para la salud las emanaciones tóxicas que emiten los volcanes en erupción, especialmente dióxido de azufre o la ceniza volcánica. Los piroplastos también son un peligro para las personas, ya que se trata de rocas incandescentes que actúan como bólidos tras ser expuldas a la atmosfera.
Las autoridades han pedido desde que comenzó la erupción del volcán de Cimbre Vieja el pasado domingo que nadie se acerque a ver el espectáculo de la naturaleza. El Cabildo de La Palma ha decidido sancionar a quienes circulen por vías cercanas al volcán y al perímetro de evacuación sin motivo.
Ángeles Fernández, concejala de servicios sociales del Ayuntamiento de El Paso: "Para ellos es un espectáculo, pero para la gente que lo estamos sufriendo de primera mano esto no es un espectáculo, esto es un drama"
Son las dos caras de un fenómeno histórico.