Los ciudadanos de Ceuta hoy no se han quitado el ruido de las sirenas de la cabeza. El asalto a las fronteras mantiene en tensión a toda la ciudad. La preocupación entre los vecinos es patente: lo demuestra el hecho de que los negocios hayan cerrado, los padres hayan decidido no llevar a sus hijos al colegio y lo que no es menor. un temor sanitario en plena pandemia ante una avalancha humana que nadie controla y que no teme al virus, porque teme más su vida.
No hay ningún control ni mascarillas, y miles de personas pasean por las calles, intentar entrar en las casas deshabitadas, muchos de ellos sin chicos de 13 io 14 años que lo que desean es no volver a su país y buscarse un futuro. Sin pruebas, sin cuarentenas, sin medidas de protección, la gente de Ceuta cree que estaban mejor en los picos de la pandemia que ahora, que todo se puede descontrolar.
Todo en una jornada en la que los colegios han estado prácticamente vacíos y muchos negocios han preferido no abrir, "yo acabo de cerrar mi negocio ahora mismo", dice una ciudadana mientras que a otros les han "anulado todas las citas, porque la gente tiene miedo". No cree la ciudadanía que ahora lleguen los saqueos pero las persecuciones en las calles no son lo más gratificante. Algunas acaban en peleas. Los ceutíes saben que, además del uso de Marruecos de sus ciudadanos, tras esto se esconde también el hambre, el deseo de escapar de un lugar sin futuro para muchos. "Esto es algo histórico, esto es algo increíble, vamos, jamás habíamos vivido una situación similar a esta".