La lava del volcán de La Palma avanza a cuatro metros por hora y durante la pasada noche solo recorrió quince metros, según la información difundida por el Gobierno de Canarias tras la reunión del comité director del Plan Especial de Protección Civil y Atención de Emergencias por Riesgo Volcánico (Pevolca).
La superficie afectada abarca a más de 140,44 hectáreas, con un frente de 600 metros y, según ha especificado el director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, el volcán sigue activo, soltando lava, y las dos coladas continúan su progresión, pero muy lenta, debido al aumento de la viscosidad y a que va rellenando los hoyos naturales del terreno que se encuentra a su paso.
Los modelos matemáticos indican que seguirá avanzando, pero no se puede asegurar que vaya a llegar hasta el mar, algo que los expertos ven cada vez menos probable.
"El volcán de La Palma está vivo y seguimos en situación de emergencia, con el semáforo rojo", señala el comité director y apunta que para los científicos "es inviable redirigir la lava y no se puede realizar ninguna actuación al respecto".
Tal como anunció tras la reunión el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, los evacuados que se encuentran en el albergue del Fuerte militar van a ser trasladas a un hotel en Fuencaliente durante el día, mientras que las personas con movilidad reducida irán a un centro sociosanitario.
La intención de las autoridades es mantener el albergue solo como primer punto de filiación en caso de nuevos desalojos por la erupción en La Palma y seguir estudiando las alternativas habitacionales para las personas alojadas en viviendas de familiares. Las autoridades recuerdan la necesidad de dejar trabajar a los servicios de emergencia y mantener el radio de exclusión de 2,5 kilómetros de los centros de emisión (bocas) que recomiendan los científicos para minimizar el riesgo de impacto de piroclastos y la exposición a los gases del volcán.
También hay que alejarse de las coladas de lava ante posibles desprendimientos y las altas temperaturas, además de extremar la precaución ante la caída de cenizas para evitar los efectos perjudiciales para la salud.
Morcuende ha explicado que solo hay una fisura, ya con 10 bocas o centros de emisión, aunque no todas están activas.
Ha habido un pequeño movimiento de la lava que estaba parada en la zona sur durante la noche, pero mínimo y se aprecia variación con respecto a la noche anterior.
La pasada noche se han registrado varios episodios de explosividad que pueden continuar, aunque la deformidad del terreno no ha crecido y se mantiene en 28 centímetros.
Según Morcuende, estamos en una zona de mini estabilidad, que no se sabe cuánto se puede prolongar. Sobre las mediciones del anhídrido sulfuroso indicó que no reflejan peligro para la salud humana. El penacho está en 3.000 metros de altitud. El informe del Comité Científico indica que la erupción continúa mostrando el mismo estilo eruptivo fisural, con mecanismo estromboliano, en una fisura en dirección noroeste-sureste.
El martes el centro principal de emisión tuvo una fase de mayor explosividad que se intensificó a las 19.00 (hora local), alcanzó su máximo a las 21.00 y finalizó coincidiendo con el derrumbe parcial de la parte superior del cono a las 02:00 horas de este miércoles. La colada alcanza espesores entre 8 y 15 metros y la sismicidad continua en bajos niveles. A las 01.25 horas de este miércoles se ha localizado un terremoto de magnitud 2,2 mbLg, que fue sentido.
La estimación de la tasa de emisión de dióxido de azufre (SO2) a la atmósfera por este proceso eruptivo durante el día de ayer, estuvo entre 6.140 y 11.500 toneladas diarias. Estos valores, aunque correctamente medidos, están infraestimados por la gran dimensión del penacho de dióxido de azufre que se observa mediante satélite. La emisión de materiales alcanza los 3.000 metros.
La señal de tremor volcánico muestra una tendencia a la disminución de su amplitud en las estaciones sísmicas, probablemente debido a la concentración de la actividad estromboliana en un número menor de centros. Respecto a la información meteorológica, continúa predominando el régimen de brisas en la zona del volcán, con vientos de componente oeste durante el día y vientos descendentes de montaña durante la noche.
Lo más significativo es el giro del viento del norte/nordeste a oeste aumentando su intensidad hasta los 15 kilómetros hora durante la próxima madrugada a unos 3.000 metros de altura. Este factor influirá en el desplazamiento de cenizas hacia el este de La Palma, si bien se descarta que las precipitaciones que se puedan registrar durante las próximas 24 horas tengan carácter ácido. Los expertos creen posible que se repitan episodios explosivos como los ocurridos el martes.
Ante los grandes espesores de colada de lava observados en algunos puntos, se pueden producir colapsos de su frente que, en zonas de mayor pendiente, pueden conllevar la formación de grandes fragmentos que pueden desprenderse del frente de forma repentina alcanzando distancias de varios metros
En zonas de gran pendiente, se puede producir pequeños flujos piroclásticos. Si las coladas de lava alcanzaran la costa, los científicos advierten de que la interacción del mar con la lava podría generar columnas de vapor de agua con gases ácidos y desprendimiento del frente de lava, pudiendo producirse emisión de fragmentos en la cercanía del contacto.