Las autoridades advierten de la alta toxicidad del aire por los gases que emite el volcán de La Palma. De hecho se investiga si la muerte de Julio, un vecino de 72 años, el pasado fin de semana en la zona de exclusión, pudo deberse a la inhalación de gases. Pudo acceder a la zona de exclusión y Julio, de setenta y dos años, llegó hasta su casa. Pero, una vez aquí, su familia denuncia fallos en el protocolo de seguridad. “Mi tío iba acompañado por una o varias patrullas. Si sé que se queda solo…”, señala su sobrino.
Nadie registró la salida de Julio de la zona de exclusión y al día siguiente encontraron el cuerpo en el garaje de la vivienda. Ahora se investiga si la inhalación de gases tóxicos que emanan del volcán de La Palma provocó su muerte. “Mi tío estaba entre tirado y apoyado”, señala el sobrino. La autopsia de Julio no ha revelado de qué murió este vecino exactamente.
La vivienda de Julio es un área con una alta concentración de toxicidad, que se desprende de la nube que vuelve a imponerse sobre el cono principal. Los expertos señalan que ha aumentado significativamente la actividad explosiva y la columna de humo muestra una transformación expansiva.
“Ha dejado de tener el desarrollo vertical y lo que tenemos en una nube de cenizas que se extiende”, explica un técnico. La negrura se extiende por el cielo hasta hacer desaparecer municipios del Valle de Aridane. Tanto que los colegios de cinco localidades hoy han cerrados sus puertas de nuevo. Es la tercera vez que no hay clases presenciales desde que comenzó la erupción del volcán de La Palma el pasado septiembre.
“La ceniza ha sido increíble hoy. Amaneció todo lleno… Llevamos unas nueve toneladas de recogida”, cuentan desde la Isla Bonita.
La calidad del aire vuelva a ser muy desfavorable en Los Llanos. “El respirar me cuesta mucho. Es tan fina la ceniza que hoy parece polvo”. Y, además agitada por el viento se generan fenómenos como los tornados de ceniza que se vivió ayer en la isla canaria.