Dos semanas. Eso es lo que le ha durado el tercer grado concedido por la Generalitat al exvicepresidente de la Generalitat y líder de ERC, Oriol Junqueras; el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart; el expresidente de la ANC, Jordi Sànchez, y los exconsellers Joaquim Forn y Raül Romeva. Los cinco presos catalanes no saldrán de prisión el miércoles por orden del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria 5 de Cataluña, que ha aceptado suspender el tercer grado de los presos del 1-O tras el recurso que la Fiscalía Provincial de Barcelona ha presentado este martes.
El juez ha aceptado, como pidió el fiscal, que el recurso tenga efectos suspensivos así como tramitarlo de forma preferente y urgente, ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).
Mientras, el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria 1 deberá posicionarse sobre el recurso que afecta a la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell.
Los cinco presos catalanes dicen adiós al régimen de semilibertad del que disfrutaban, pero la decisión no está formalmente adoptada aún, dado que el tercer grado se deja en suspenso mientras se tramitan los distintos recursos presentados. Tienen 3 días para apelar la decisión.
La decisión de la jueza implica que volverán a estar clasificados en segundo grado, y las juntas de tratamiento de las prisiones "deberán estudiar cada uno de los casos y tomarán las decisiones que consideren oportunas" sobre su régimen de vida.
Hasta que progresaron a tercer grado, todos ellos estaban clasificados en segundo grado y usaban el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario para salir de prisión entre semana para trabajar o hacer voluntariado.
La Fiscalía se opuso a la aplicación del 100.2 en los casos de Sànchez, Cuixart y Forn, y la Audiencia de Barcelona envió el jueves estos recursos al Tribunal Supremo (TS), que ya tumbó el 100.2 de la expresidenta del Parlament Carme Forcadell.
Desde las inmediaciones de la cárcel de Lledoners, los presos catalanes, antes de entrar en prisión, han pronunciado un discurso cargando la decisión y la “represión” ejercida por el Estado español, al tiempo en que han apelado a su “dignidad” y la “libertad de Cataluña” y “los países catalanes”.
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, por su parte, ha cuestionado la voluntad de diálogo del Gobierno central tras la decisión: "No, la ley no prevé la venganza como respuesta. ¿Este es el diálogo que ofrece España?", ha criticado a través de un mensaje en Twitter.
En este contexto, el propio Oriol Junqueras ha compartido un vídeo en redes sociales en el que ha defendido que la cárcel forma parte del camino hacia la independencia y ha aseverado que saldrán “para ganar”.
"Volvemos a constatar que nos tienen mucho miedo y por eso nos quieren cerrados. Para incidir en la política y en la sociedad catalana".
"Nosotros sabemos que esto forma parte del camino y que de la cárcel se sale, y que saldremos para ganar y para llevar a este país a la libertad", ha reivindicado.
En Lledoners, ha reiterado:"Si hoy nos vuelven a encerrar en prisión es porque nos tienen miedo". "En las urnas saben que no nos ganan"
En esta línea, el exconseller Raül Romeva ha afirmado: "Sabemos que forma parte del camino, que es un camino difícil, largo y doloroso, pero también sabemos que es un camino irreversible". "Saldremos, de la cárcel se sale, porque nosotros hemos nacido para ganar y para acompañar a este país hacia la libertad", ha concluido.
Por su parte, Jordi Turull, ha señalado que “todo al final habrá valido mucho la pena” y “no habrá sido en vano”, recalcando: "¡Por la libertad, por la democracia y por Cataluña!"
Desde el Parlament, Roger Torrent también se ha pronunciado definiendo la decisión como “un nuevo acto de venganza y ensañamiento injusto”.