La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha dejado en el aire la implicación de Rusia con el independentismo catalán. Unos vínculos con el Kremlin que están siendo investigados por un juez de Barcelona.
De momento, el magistrado que investiga el desvío de fondos al 'procés', ha citado a declarar como imputado, a finales de mayo, a Alexander Dimitrenko, un empresario ruso que lleva 17 años afincado en Cataluña. Se trata de un supuesto espía ruso al que se relaciona directamente con el círculo más cercano del expresidente catalán Carles Puigdemont.
Investigan si su participación y negocios, por los que obtuvo unos beneficios, pudieron servir para financiar el proceso independentista catalán. No sólo el desafío puramente político, también la toma del aeropuerto de El Prat, la sucesión de disturbios y desórdenes públicos.
Los investigadores sitúan a Dimitrenko como el enlace de Moscú con el Ejecutivo catalán. Y es que el presunto espía y Josep Lluís Alay, mano derecha de Puigdemont, llegaron a viajar juntos a la capital rusa. En esas fechas, colaboradores del exmandatario catalán, en conversaciones intervenidas, hablaron incluso de un ofrecimiento ruso de 10.000 soldados si declaraban la independencia.
Todos estos vínculos, una vez conocidos, provocaron que Gabriel Rufián, portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en el Congreso de los Diputados, asegurara el pasado 15 de marzo que "creo que son señoritos que se paseaban por Europa para reunirse con la gente equivocada porque así durante un rato se creían que eran James Bond".
Las críticas de Rufián contra el partido de Puigdemont se centran ahora en la ministra de Defensa por el caso del espionaje a través del programa Pegasus.