El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ve cómo se le complica la relación con sus socios parlamentarios por el caso Pegasus. La presión aumenta con la presencia en el Congreso de los Diputados del mandatario catalán, Pere Aragonès, quien pretende forzar una investigación sobre el espionaje a los líderes independentistas.
El partido de Aragonès, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), se sitúa a la cabeza de esta exigencia y prepara junto a Unidas Podemos una ofensiva parlamentaria con el objetivo de poner en aprietos al Ejecutivo.
A la comisión de investigación se le une ahora la solicitud de varias comparecencias, entre otras, la del propio Sánchez, además de preguntas directas a la ministra de Defensa, Margarita Robles, en la próxima sesión de control.
Aragonès exige al Gobierno que se depuren cuanto antes responsabilidades o, en caso contrario, la colaboración con el Ejecutivo será inviable. Afirma que es un tema "que no va a dejar pasar". Con el espionaje con el programa Pegasus como único asunto a tratar, el líder catalán busca un frente común con representantes de otros partidos políticos afectados.
Los encuentros van más allá de los espiados y ha tenido lugar un cara a cara con Unidas Podemos. Los socios gubernamentales se ponen a la cabeza de petición de responsabilidades y el portavoz de la formación morada en la Cámara Baja, Pablo Echenique, ha apuntado que "salimos más preocupados aún que antes. Se deberían depurar responsabilidades, deberían rodar cabezas".
La línea es muy parecida a la que sigue Aragonès, quien resalta que "alguien debe asumir responsabilidades por este escándalo de espionaje que es el mayor de la democracia". Y añade que ve inviable seguir colaborando con el Ejecutivo si no se toman medidas inmediatas para esclarecer lo ocurrido. "La confianza en estos momentos es cero", subraya.
Por otra parte, la ministra de Defensa, Margarita Robles, ha sentenciado este jueves que "no se hace nada fuera de la ley, lo digo con toda contundencia".