En plena explosión de contagios al inicio de la pandemia y ante la repentina irrupción del coronavirus, muchos médicos jubilados no dudaron en ayudar en los peores momentos. Ahora, con los positivos por covid-19 otra vez desbocados, de nuevo se está repescando a decenas de estos profesionales ya retirados y tan experimentados, sobre todo para reforzar la maltrecha Atención Primaria, hoy saturada ante el imparable avance de la contagiosa variante ómicron.
Es el ejemplo de médicos como Jesús, quien dejó la medicina hace 6 meses y ahora vuelve a un centro de salud de Arzúa, en La Coruña.
“Sin parar. Y todavía esto se va a alargar”, cuenta ante las cámaras de Informativos Telecinco, lamentando la evolución de la sexta ola de coronavirus.
Él es uno de los cerca de 90 médicos jubilados que han vuelto de forma voluntaria y por necesidad. Jesús hace seguimiento de casos covid: “Dar las indicaciones oportunas, de confinamiento, tratamiento si es preciso”, cuenta, explicando sus funciones.
La Xunta les ha contratado para tareas de teleasistencia, test, y labores administrativas ante la saturación y falta de personal por las bajas en los centros de salud.
Asturias también tiene a unos 30 médicos y enfermeras ya jubilados y ahora echando una mano, porque si nos damos una vuelta por los centros de salud de casi toda España el panorama es desolador: “Los teléfonos están desconectados”. “Estaba llamando y no me cogen el teléfono”, cuentan muchos mientras hacen cola esperando para ser atendidos en su centro.
En esta situación, con la Atención Primaria colapsada, todo vale, sobre todo, para no dejar de lado todas las gestiones que no tengan que ver con el covid o las urgencias; de ahí la importancia de la ayuda prestada por estos jubilados que vuelven para ayudar.