El Gobierno se encuentra inmerso en una negociación a contrarreloj para encontrar los apoyos necesarios que amplíen el estado de alarma en España. El Partido Popular se ha mostrado en contra de continuar con una ley tan excepcional como la crisis sanitaria que estamos viviendo y otro de los iconos del su partido, La Presidenta de la Comunidad de Madrid, también se ha pronunciado al respecto.
“Todos los días se producen atropellos y no por eso se prohíben los coches. Para mí sería mucho más cómodo que nadie saliera hasta Navidad, así no tendría que responsabilizarme. Pero es que hay que intentarlo”, ha sido la postura de Isabel Díaz Ayuso, líder de la comunidad autónoma que se ha denominado como la “Wuhan española” por ser el epicentro de los contagios y las muertes por coronavirus en nuestro país.
El PP propone desvincular los ERTES del mando único y utilizar, previa reforma de la Constitución Española, la Ley Orgánica de Medidas Especiales en Materia de Salud Pública de 1986. Ésta permitiría al Ejecutivo adoptar las medidas necesarias para el control de los enfermos y de la propagación de un virus, pero en ningún momento podría aplicarse el confinamiento si no se produce dicha reforma legislativa y ahí está la discusión parlamentaria.
El Consejo de Ministros se encuentra reunido pues, después de la negativa que los propios partidos catalanistas le han dado al Gobierno del que forman parte, Pedro Sánchez busca los apoyos necesarios para aprobar el estado de alarma el próximo miércoles 6 de mayo, en una votación en la que necesita la mayoría simple de la cámara.
Su última intervención pública tampoco estuvo exenta de polémica. El pasado 1 de mayo, Ayuso presidía el acto de cierre del hospital de Ifema, un centro sanitario que la UME construyó en un tiempo récord y que fue muy bien valorado por la Organización Mundial de la Salud. Allí se han curado miles de pacientes con síntomas leves del COVID-19 y, una vez que han disminuido los contagios a nivel regional y nacional, Madrid se dispuso a su cierre.
Con lo que nadie contaba era con la aglomeración de personas que se iban a concentrar en esa clausura y que dieron lugar a unas polémicas imágenes en las que no se respetaban las distancias de seguridad recomendadas por la comunidad científica. Ayuso, como en otras ocasiones ha tenido que hacer el Gobierno Central, rectificó, pidió perdón y alegó que no se respetaron bien las normas sanitarias “a causa de la emoción”.