A pesar de la situación y de la velocidad con la que crecen los contagios en toda España, siguen celebrándose fiestas ilegales como la que se produjo en Seseña, en Toledo. Cuando la Policía Local llegó a la vivienda se encontró a casi un centenar de personas celebrando la noche de Halloween. En cuanto entraron los agentes, muchos de ellos trataron de huir o de esconderse por la casa.
Escondidos en el techo y en armarios fue como se encontró la Policía Local de Seseña a 95 jóvenes que participaban en una fiesta ilegal. Fue la presencia de los asistentes por las calles de la urbanización a altas horas de la madrugada lo que alertó a los agentes. Algo similar a lo ocurrido en un local de Madrid que estuvo abierto fuera del horario permitido y con la música a gran volumen. En este caso, llegó a ser necesaria la intervención de los bomberos.
En Murcia, el falso techo de este local estuvo a punto de desplomarse por el peso de las personas que se escondían de los agentes que acababan de intervenir la fiesta en la que se encontraban. Lo que tampoco ha servido de nada son los grupos burbuja en clase y en el colegio si después ocurre lo que pasó en Sevilla. Decenas de niños se juntaron disfrazados por Halloween en la calle mientras las terrazas de los bares estaban a rebosar.
Otro altercado sucedió en la localidad sevillana de Écija donde un vecino resultó agredido por un grupo tras grabar a decenas de personas incumpliendo las normas de seguridad. Unas normas que por mucho que se endurezcan, pocos respetan.