Noche de tensión en la frontera de Ceuta. Militares y policías impiden la entrada de las cientos de personas que continúan esperando en Marruecos. Aunque son muchos los que han decidido volver a su país.
Cerca de 4.000 personas ya han sido devueltas, para desesperación de algunos. Estamos frente a una crisis migratoria y diplomática. El Gobierno marroquí habla del precio a pagar por subestimar a Marruecos. Pedro Sánchez lanza un contundente mensaje: "Vamos a restablecer la normalidad en Ceuta, seremos firmes ante cualquier desafío".
Cientos de jóvenes marroquíes siguen a esta hora en la frontera, a la espera de intentar cruzar, bajo la vigilancia de un amplio dispositivo de policías y militares.
Unos 2.000 menores han pasado la noche en instalaciones habilitadas para ellos mientras cientos de adultos han dormido en parques de la ciudad, bajo cartones a la intemperie. Otras personas han decidido volver a su país.
De las 8.000 personas que han cruzado a España, 4.000 han sido ya expulsados. A ellos, se les suman aquellos que deciden volver por su propio pie, custodiados en todo momento por el ejército.
Al otro lado de la frontera, ya en territorio marroquí, se acumulan cada vez más personas que ha generado el único momento de tensión de la noche con el lanzamiento de piedras.
Pero en la ciudad autónoma, hay una relativa calma con las fuerzas de seguridad prácticamente en cada esquina.
Los casi 2.000 menores que han cruzado a Ceuta duermen en naves repartidas por el Tarajal. Ayer la imagen de una persona sacando del agua a un bebé de muy pocos meses se ha hecho viral. El niño se estaba ahogando.
Según la Delegación del Gobierno los menores que sean reclamados por su familia podrán regresar. El resto deberán ser tutelados por el Gobierno Autonómico.