Desde Botsuana la monarquía parece no levantar cabeza en España. La última polémica se ha generado en el Congreso, cuando el diputado de ERC, Gabriel Rufián, ha mostrado una foto del rey Felipe VI de niño estrechándole la mano a Franco.
“Vox tiene aquí 52 diputados. Pero en realidad son 53 porque tiene uno en Zarzuela”. Es lo que dijo Rufián, foto en mano del rey y el dictador, para acusar al monarca de ser de extrema derecha. Pero qué esconde esa instantánea en blanco y negro en la que el monarca era un niño con un peluche en la mano.
La fotografía está tomada en el polémico Pazo de Meirás, donde los entonces príncipes de España, Juan Carlos y Sofía, junto a sus tres hijos, pasaban parte del verano, coincidiendo con el jefe del Estado, el dictador Franco, y su familia.
Desde 1968 Juan Carlos de Borbón decidió compartir con el Generalísimo sus meses de agosto en Galicia. Ya trataba de que el dictador lo nombrara su sucesor único como jefe del Estado. El actual rey y sus hermanas tenían que llamar a Franco, según publica El Confidencial.
El verano de 1969, Franco decidió que el entonces príncipe Juan Carlos asumiera la Jefatura del Estado, en su ausencia y las Cortes Generales lo aprobaron. Las vacaciones en el Pazo se mantuvieron los veranos sucesivos.
Ambas familias compartían la vida aquellos veranos. Mientras los príncipes cenaban con el dictador y su mujer, sus hijos jugaban con los nietos de Franco.
El rey acompañaba al Generalísimo en sus jornadas de caza y de paseo en yate. Las señoras charlaban en francés porque, según publica el citado diario, la reina Sofía no hablaba bien aún español.
Uno de los peores momentos que Sofía pasó en aquella casa debió ser aquella primera noche en la que los príncipes rompieron su cama según publicó Jaime Peñafiel en ‘Los 80 años de Sofía’. Esa noche los príncipes durmieron en el suelo, a la mañana siguiente les cambiaron la cama.