La caída del estado de alarma el 9 de mayo parece inminente. El Gobierno se reafirma en su intención de no prorrogarlo, avalado por unos datos que, según ha manifestado hoy la ministra de Sanidad, Carolina Darias, tras la tradicional reunión del Consejo InterterritorialCarolina DariasConsejo Interterritorial, marcan una “estabilización”
“Es la tendencia que se va consolidando, con una evolución lenta en todas las comunidades autónomas”, ha dicho, señalando que esperan que “incluso empecemos un descenso en las próximas semanas”.
Las previsiones de Sanidad son optimistas, fundamentalmente porque la vacuna está funcionando y el ritmo de vacunación se está incrementando, con esta semana como “una semana récord en la que van a llegar en torno a 4 millones de dosis”. Pero también confían en que la gente no deje de lado la responsabilidad individual y, a su vez, en lo que se refiere a las instituciones, insisten en que las comunidades autónomas tienen dentro de sus competencias herramientas suficientes para hacer frente a la nueva situación.
De este modo, el escenario que tenemos por delante augura, en efecto, la caída del estado de alarma, lo que afecta directamente a tres puntos fundamentales: la limitación de la movilidad entre comunidades autónomas; el toque de queda; y el derecho de reunión de grupos y la limitación del máximo de personas en los mismos.
De este modo, a partir del 9 de mayo, el fin del estado de alarma teóricamente permitiría la libre circulación entre comunidades, si bien los gobiernos autonómicos todavía tienen competencias para aplicar el cierre de sus fronteras. Eso sí, a pesar de que cuenten con el aval del Consejo Interterritorial, necesitarían siempre una autorización judicial. También en el caso de zonas de menor tamaño, como municipios, o comarcas.
En este escenario, la postura en la calle ya es clara: hay un absoluto deseo de poder volver a desplazarse a otras comunidades donde huir de la rutina, escapar de la residencia habitual, salir con los amigos o ver a familiares que hace tiempo que no veíamos.
“Como hace 6 meses que no voy al mar, pues ir al mar”, cuenta una joven expresando lo que haría, mientras otro resume uno de sus deseos: “Poder ir a un restaurante y que la mesa pueda ser con todo tu grupo de amigo, todos juntos”.
Otros, por su parte, señalan lo primero que harían: “Tener vida con la familia. Realmente, poder estar con los seres queridos con los que no hemos estado durante tantos meses yo creo que es lo que más importante”.
Desconectar de la situación impuesta con el estado de alarma es, de una manera o de otra, un deseo compartido, pero las autoridades sanitarias recuerdan que deberemos continuar respetando las medidas de prevención frente al virus, así como cumpliendo estrictamente las que impongan las CCAA en el ejercicio de sus competencias.
El levantamiento del estado de alarma deja sin efecto el toque de queda, pero al igual que con el cierre perimetral, si el gobierno autonómico lo solicita, la decisión queda en manos del Tribunal Superior de Justicia de cada comunidad, aunque también puede ocurrir que el juez lo tumbe. Lo mismo sucede con las reuniones: ya no habría límite de personas, a no ser que lo dicte un juez.
Preguntado al respecto, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, señalaba durante la comparecencia de este lunes que, efectivamente, toda la previsión se centra en que decaiga el estado de alarma, insistiendo en que existen multitud de medidas distintas que las comunidades autónomas pueden y tendrán que aplicar para controlar la transmisión del coronavirus
“Las comunidades autónomas primero tienen muchas medidas que se pueden aplicar al margen del estado de alarma. El estado de alarma implica únicamente tres medidas: perimetración de la comunidad autónoma, es decir, limitad la movilidad entre comunidades autónomas; el toque de queda, que da unos márgenes determinados y que lo que intenta es reducir la movilidad nocturna que se puede producir por otros medios, eliminando incentivos, con, por ejemplo, los cierres de los lugares donde se va a partir de cierta hora habitualmente, que es lo que incita la movilidad nocturna, el cierre de algunos lugares públicos que puedan incitar a las congregaciones nocturnas; y el derecho de reunión de grupos en algunas situaciones concretas, limitando el número máximo... Es decir, las CCAA es verdad que no van a estar en la misma situación con el estado de alarma que sin él, pero pueden en cierto modo compensar algunas de las medidas que propone el estado de alarma”, subrayó, para a continuación incidir en este punto:
“No va a decaer hasta el 9 de mayo. La evolución que estamos observando y la evolución de la cobertura de vacunación que estamos consiguiendo está poco a poco generando un panorama muy diferente y ese panorama va cambiando día a día. La situación cuando decaiga el estado de alarma será muy diferente, y por tanto, el tipo de medidas que se tengan que aplicar, si bien muchas se tendrán que mantener muy estricta, no son las que dependen del estado de alarma. Aun así, el Consejo Interterritorial, por medio de la declaración de actuaciones coordinadas puede llegar a implementar, de forma coordinada entre todas las CCAA, medidas muy importantes. Creo que es ahí donde ahora mismo tenemos que descansar. Y aunque en principio consideramos que es muy probable que el decreto de alarma no tenga ningún sentido en la situación que podemos esperar, y por tanto la decisión se tendrá que tomar cuando nos acerquemos a la fecha, lo cierto es que las opciones están todas encima de la mesa y no se puede descartar completamente ninguna: si es necesario mantenerlo, alargarlo, hacer uno nuevo diferente, implementar otro tipo de medidas, hacer reales decretos, modificar la ley de medidas especiales de Salud Pública de 1986… Tenemos múltiples opciones encima de la mesa y se están discutiendo todas. Se llevan discutiendo todo el año que llevamos de pandemia. No hay que tener una fijación excesiva con si el decreto del estado de alarma va a estar listo o no. Tenemos que dar tiempo al tiempo y entender que ante cualquier medida que se imponga o se deje de imponer hay otras alrededor que pueden cubrir, si no del todo, parcialmente lo que dejen de cubrir las que hay ahora mismo implementadas. Tenemos que ser muy conscientes, sobre todo, al margen de las responsabilidad institucionales, las responsabilidades individuales de cada uno de nosotros”, finalizó.