Son más de tres meses desde la erupción del volcán de Cumbre Vieja en La PalmavolcánCumbre Vieja La Palma. 96 días desde que comenzase a rugir, provocando infinidad de problemas, causando numerosos daños, derribando múltiples viviendas y sembrando desolación entre los palmeros.
Sin embargo, toda esa devastación por fin llega a su fin, justo a tiempo para lo que sin duda son unas Navidades diferentes en la isla, que espera que mañana oficialmente se dé la erupción del volcán por extinguida; el mejor regalo en estas fechas.
Todos en La Palma se afanan ahora en que estas fiestas sean muy especiales, sobre todo para los más pequeños y para todos los que no podrán celebrarlo en sus casas, porque son 7.000 personas evacuadas tras los destrozos del volcán y más de 3.000 no tienen ningún tipo de solución habitacional definitiva. Algunos están durmiendo en caravanas, otros en casas prestadas y hasta en hoteles desde hace más de tres meses. Por eso, se van a seguir celebrando eventos, pasacalles, o por ejemplo en el hotel de Fuencaliente donde hay 400 personas desalojadas se va a organizar una cena muy especial.
Los afectados cuentan que van a seguir juntándose con sus familias, intentando seguir hacia adelante y ser más fuertes que el volcán, y hoy, en Nochebuena, más aún.
Consuelo y Felipe, por ejemplo, son un matrimonio que hubo de dejar su casa en los primeros días de erupción. “Las ilusiones me las quitaron todas”, cuenta él, entrevistado en Informativos Telecinco. Llevaban más de tres meses desalojados viviendo en un hotel, pero al menos ahora les han dado una casa donde volver a empezar justo antes de las fiestas.
“Las voy a pasar con mi mujer, mis dos nietos y mi hija”. “Es muy difícil, pero estamos", cuentan.
En paralelo, Ana, también entrevistada por Informativos Telecinco, cuenta una historia parecida: su casa es una autocaravana desde septiembre.
“Aquí estamos todos unidos, nos ayudamos todos”, señala, explicando que la necesidad y las circunstancias les han unido en una colonia improvisada, pero con otra actitud a 24 horas de darse por extinguido el volcán: “Espero que esto vaya adelante y que vaya a mejor”, afirma.
Mientras, Fátima y su abuela improvisan la cena en casa de unos familiares: “No estamos en nuestra casa, pero hemos comprado todo como si estuviéramos. Hay que pensar en positivo, porque si no no avanzamos” sostiene, dando cuenta de cómo intentan rehacer sus vidas los cerca de 7.000 desalojados de La Palma.