Los más de 200 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias, UME, desplazados a la isla de La Palma por la erupción del volcán centran ahora sus esfuerzos en la limpieza de ceniza en las calles, carreteras y vías de acceso a las localidades para facilitar el regreso de los vecinos en un futuro todavía lejano.
Los efectivos de la UME ya despejaron por completo todos los tejados de las viviendas que preocupaban ante el peso de la ceniza. Quedan toneladas de ceniza por limpiar, y lo que más preocupa en estos momentos son los gases tóxicos que siguen emanando del volcán, el cual podría apagarse definitivamente en dos días.
La ceniza oscurece todavía buena parte de la zona de exclusión de la isla bonita. Se amontona junto a los edificios en taludes de altura considerable y obliga a los miembros de la UME a continuar unos trabajos que no han cesado desde el inciio de la erupción.
En la zona de Las Manchas, la ceniza abrumaba hasta hace muy poco gran parte de los tejados, pero el cese de la actividad volcánica ha permitido despejarlos de las viviendas particulares. Los efectivos de la UME se dedican ahora a retirar la ceniza también "de las edificaciones públicas", según ha detallado José Alberto Gallego, jefe del segúndo batallón de la UME.
En este territorio no preocupan los gases, pero más al oeste, en áreas como La Bombilla, el monóxido de carbono es todavía un enemigo que impide plantearse cualquier tarea. También es pronto para aventurarse en el paisaje más nuevo.
El delta lávico y la colada que lo alimenta continúa desgasificando y la temperatura es muy elevada. En las zonas más antiguas de la fajana, las playas continuan aumentando su tamaño, generando un terreno que servirá para el disfrute en un futuro cercano.