La erupción volcánica en La Palma está siendo por momentos tan imprevisible que sorprende a los propios científicos. En torno a las 10 horas de este viernes, una fuerte explosión en el cono principal del volcán ha sorprendido a los vecinos. Tres investigadores de Involcan, que se encontraban en el terreno, se han tenido que proteger de la lluvia de piroclastos y lapilli detrás de un muro. Todos salieron ilesos.
Las explosiones provocan una lluvia constante de piroclastos. Las partículas se enfrían y se convierten en proyectiles afilados que, en caso de impacto, pueden derribar los drones cuando se acercan demasiado al volcán. Las altas temperaturas pueden fundir sus hélices, pero el riesgo es real también para los científicos que trabajan en el terreno, aunque estén más alejados.
El equipo de Involcan se acercaba a Cumbre Vieja para recabar datos, cuando se vieron sorprendidos por una lluvia de piedras volcánicas. Una labor encomiable ante el peligro al que se exponen. "Son verdaderas pelotas de ping pong", comenta uno de los miembros del equipo de científicos en las imágenes que captaron. El casco no es suficiente protección, cuando alcanzan ese tamaño los vulcanólogos las llaman 'bombas', y el sonido recuerda al de un bombardeo.