La pandemia del coronavirus y la crisis están afectando a todos los negocios. También a los de los comerciantes chinos. Muchos de ellos se han visto obligados a cerrar, mientras otros incluso se han visto forzados a volver a su país debido a los estragos que está causando la covid-19 a todos los niveles.
En Alicante, por ejemplo, uno de cada tres residentes chinos ha tenido que regresar a su país. Polígonos antes repletos de actividad, ahora lucen completamente cerrados.
“Se están marchando y creo que, con el tiempo, si la cosa no se recupera, se irán más”, cuenta una ciudadana china.
En estos momentos, los negocios chinos en Alicante están facturando el 60% de lo que facturaron el año pasado. Muchos restaurantes han tenido que cerrar y mucha gente se ha quedado sin trabajo. Por eso, en esta situación no pocos han sido los que han decidido volver a su país. Algunos, incluso, lo han hecho por el hecho de vacunarse.
“He vuelto a China para vacunarme, aprovechando que el restaurante donde trabajaba en España lo tuve que cerrar”, afirma un afectado.
La Costa Blanca, por ejemplo, se había convertido en la zona más demandada por el país asiático para alquilar o comprar vivienda. Familias enteras querían vivir en la región para disfrutar del sol, de la playa y el buen tiempo. Sin embargo, ahora, la zona vive también el éxodo de estos ciudadanos.
“Hemos tenido casas en alquiler para familias chinas. Se han ido directamente, han abandonado las casas y se han ido a vivir a China otra vez”, relata un arrendador.
Hasta enero de 2020 determinadas viviendas de la zona de Santa Pola eran las más demandadas por los residentes chinos. Ahora el mercado se ha paralizado, reflejando solo un ejemplo del impacto que la crisis provocada por la pandemia está ocasionando.