La erupción del volcán de La Palma y la colada de lava, continúan. Ahora se encuentra en una llamada "fase de madurez", según han explicado los expertos. En las últimas horas se ha abierto una nueva fisura.
La lava del volcán en Cumbre Vieja se ha vuelto más espesa, mientras el volcán entra en fase de "madurez".
Afortunadamente, las coladas siguen el mismo recorrido. También de forma subterránea. Los tubos lávicos ayudan a drenarla hacia el mar de forma más rápida. Pero todo puede cambiar, aseguran los técnicos: “Podrían aparecer nuevos centros de emisión, mientras que el caudal no sea capaz de ser asumido por esos tubos lávicos”.
Como todo volcán, el de Cumbre Vieja es imprevisible. Ayer detectaban una nueva fisura a unos 100 metros del centro de emisión. Aunque no preocupa. No es eruptiva y, por tanto, no expulsará ni lava ni gases.
“Los expertos nos piden tranquilidad pero garantías no nos da nadie de lo que pueda suceder”, ha explicado el alcalde de Fuencaliente, Gregorio Alonso.
Mientras siguen monitorizando la calidad del aire. El volcán ha expulsado ya unas 250.000 toneladas de dióxido de azufre, que puede ser tóxico para la salud humana en grandes concentraciones.
Las desaladoras, la esperanza para los agricultores palmeros, llegaron anoche al puerto de Santa Cruz de la Palma. Ahora deben partir a Puerto Naos. Desde allí llevarán agua a las zonas afectadas por las coladas, que rompieron las tuberías de agua de riego.
Unas 600 hectáreas, principalmente plataneras, que agonizan, aisladas por la lava.