Una empresa cacereña se sienta estos días en el banquillo por haber contratado, presuntamente, a un total de 85 becarios que, en realidad, realizaban labores de empleados normales e, incluso, el de directivos. Estos 85 empleados con contrato de becarios suponían más de la mitad de la plantilla y podían ser despedidos sin indemnización sin faltaban dos días al trabajo y no contaban con derecho a vacaciones.
La compañía SferaOne Solutions, una empresa tecnológica filial de Gamma Solutions y que opera en el parque científico y tecnológico de la Universidad e Extremadura, recibió una inspección de trabajo a ráiz de la denuncia de uno de sus empleados, con contrato de becario, al que le negaban el derecho a disfrutar de vacaciones, según informa El Periódico de Extremadura.
La Seguridad Social afirma que en la inspección descubrió que la empresa contaba con más de la mitad de sus trabajadores con un contrato de becario, pero a la vez todos tenían que firmar cláusulas de confidencialidad o de derechos de propiedad intelectual y contaban con responsabilidades de empleados habituales y hasta de "alta dirección". A pesar de ser oficialmente becarios, los trabajadores no recibían formación específica ni estaban siendo tutorizados por ninguna entidad ni en formación teórica ni práctica.
Aunque recibieron algún curso de formación eventual, el representante de la Seguridad Social en el juicio afirma que "Nadie les tutorizó ni en la parte teórica ni en la práctica. Además muchos de esos cursos no guardaban relación con el objeto de la empresa (dedicada a la rama tecnológica), porque eran de bolsa, de prevención de riesgos laborales o de Photoshop". "Nadie en la empresa conocía los cursos que realizaban y muchos de ellos tenían que hacerlos en su casa porque no tenían tiempo de seguirlos durante su horario laboral", ha añadido.
Las cláusulas que incluían sus contratos de becarios añadían que las vacaciones estaban siempre supeditadas a la disponibilidad de la empresa, que tenían que cumplir la misma jornada laboral que un empleado normal y que la compañía podía echarles si faltaban a su puesto de trabajo más de un día. "Lo que se hacía era contratar a un trabajador normal y corriente pero como un becario" ha declarado el inspector durante el juicio y ha añadido que la propia responsable de Recursos Humanos de la compañía confirmó durante la inspección que "los becarios hacían el mismo trabajo que los demás pero más despacio".
La compañía niega las acusaciones y mantiene que todos los becarios eran tratados como tal en la empresa e insiste en que esa era la manera en la que los ha estado formando. El abogado de la compañía ha criticado a la inspección de Trabajo y ha afirmado que "está acreditado que el día que llegan no saben nada y el día que se van, saben mucho".
Si finalmente el Juzgado que investiga la causa estima que la compañía ha incurrido en un fraude laboral, la empresa habría adquirido una deuda con la Seguridad Social que asciende a los 400.000 euros.