Ya han pasado exactamente dos semanas desde que entrasen en vigor las medidas dispuestas con carácter obligatorio para la Semana Santa, según las cuales se acordó el cierre perimetral de las comunidades autónomas así como el toque de queda mínimo de 23:00 horas a 6:00 (pudiendo las distintas CCAA variar este intervalo una hora antes o una hora más tarde). El objetivo, dada la trascendencia de estas fechas y dados los nefastos precedentes del verano y las Navidades, era evitar los desplazamientos masivos entre los distintos territorios limitando la movilidad, así como reducir los contactos sociales, disponiendo también restricciones al número máximo de personas que podían reunirse. Todo, bajo la meta primordial de evitar una cuarta ola o lograr que esta, de iniciarse, lo hiciese desde el punto más bajo posible, tal como subrayaba Sanidad.
Entonces, aquel 26 de marzo en que comenzaban las restricciones España registraba 7.586 casos y 590 muertes, mientras la incidencia acumulada a 14 días se situaba en 138,63 casos por 100.000 habitantes. La ocupación de camas de UCI era del 18,40%, la de camas convencionales de hospital del 6,09%, y el último dato sobre la positividad esa semana era del 5,56%, con una tasa de 1.511 pruebas PCR por cada 100.000 habitantes. Las comunidades autónomas en riesgo alto (nivel de alerta 3) eran tres, –Asturias, Cataluña, País Vasco–, mientras otras tres estaban en riesgo extremo: Ceuta, Madrid, Melilla.
Hoy, día 9 de abril, justo cuando decae la normativa obligatoria sobre las restricciones para Semana Santa, –pese a que las comunidades han decidido mantener las medidas y el cierre perimetral a excepción de Madrid, Canarias y Baleares–, los datos, sin embargo, constatan que pese a los esfuerzos y pese a las medidas dispuestas, nuevamente a un periodo vacacional le acompaña una subida de los contagios y la transmisión del virus. Lo constataba el propio director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, durante su comparecencia del pasado lunes: “La evolución que estamos viendo es de una tendencia al alza a nivel nacional”. “Hay 11 o 12 comunidades autónomas con una clara ascendencia”, mientras el resto, “7 u 8 restantes” están “más o menos estabilizadas”, con quizá “solamente una o dos con un ligero descenso”, dijo, señalando que justamente “a final de semana”, o “a principios de la siguiente”, podríamos ver “cuál ha sido el impacto posible de la movilidad en Semana Santa”.
Hoy viernes, a final de semana, los datos reflejan una subida de la incidencia acumulada a 14 días de 43,46 puntos respecto a aquel 26 de marzo en que comenzaban las restricciones.
Concretamente, España ha registrado 10.875 nuevos casos y 149 muertes, mientras la incidencia acumulada a 14 días se sitúa en 182,09 casos por 100.000 habitantes. La ocupación de camas de UCI es del 20%, lo que supone que 1 de cada 5 pacientes que están en una unidad de cuidados intensivos en España lo están por la covid-19. Además, la ocupación de camas de hospital ha subido más de un punto, hasta 7,48%, y el último dato sobre la positividad esa semana es del 7,76% (frente a los 5,56% del día 26), con una tasa de 1.299,20 pruebas PCR por cada 100.000 habitantes (frente a 1.511). Las comunidades autónomas en riesgo alto (nivel de alerta 3) o extremo (nivel de alerta 4), sin embargo, son ya 10, en lugar de seis.
Concretamente, según el informe de indicadores del Ministerio de Sanidad, fechado a día 8 de abril de 2021, comunidad por comunidad autónoma, los niveles de alerta son: