Yurena es una de esas personas que han contribuido a llenar de toneladas de solidaridad el polideportivo de los Llanos. Estas instalaciones se han convertido en refugio para prestar ayuda a tantos, como a Sofía que lo ha perdido todo. En tiempo récord ha llegado ropa de todas las tallas. También alimentos para aquellos que de la noche a la mañana se han quedado sin casa como Víctor. Se registran y reciben apoyo psicológico. El recinto Ferial es otro de los puntos donde atienden a los desalojados. La generosidad de los vecinos ha desbordado todas las expectativas, aunque el presidente haya prometido que nadie quedará desamparado.
Una casa entera en un coche, o en una furgoneta. Más viajes desesperados de los vecinos de Todoque. Largas colas para pasar los controles y conseguir llegar a casa, quizás por última vez. Desde la certeza de quien lo va a perder todo, a la del optimista, va a regar su pequeña plantación.
Otros mucho más realistas, saben que la caprichosa lengua de lava, aunque hoy les de un respiro al ralentizar su avance va a engullir sus pertenencias. Y cabizbajos asumen el nuevo futuro. Ellos, aún no están amenazados por el volcán, pero prefieren anticiparse. Entran, recogen y se marchan. Lo que si está claro es que tras la colada, será muy difícil recuperarse. Solo cenizas y enormes bloques de lava.