El Consejo General de Ciudadanos aprobó el pasado sábado la creación de una gestora que, en general, es continuista respecto a la composición de la antigua dirección del partido. Tendrá a Melisa Rodríguez como portavoz, y se ha fijado la fecha del congreso extraordinario, que se celebrará el 15 de marzo.
Así lo ha afirmado el presidente del Consejo General, Manuel García Bofill: "El próximo 15 de marzo, los afiliados van a decidir el futuro y modelo de partido que quieren".
Además, se ha aprobado por unanimidad el Reglamento de la Comisión Gestora, que se encargará de dirigir y administrar el partido hasta la celebración de la V Asamblea General, y ha aprobado por amplia mayoría la composición de la misma.
El problema surgió al decidir la composición de la Gestora. Manuel García Bofill presentó una lista de nombres, la gran mayoría procedentes de la anterior dirección de Ciudadanos, nombrada por el expresidente Albert Rivera.
Esa lista se leyó en ese mismo momento, sin que se hubiera remitido antes a los consejeros. A continuación, se sometió a votación la propuesta de García Bofill sin que se permitiera un debate previo sobre la misma.
La votación se realizó a mano alzada, usando cartulinas de distintos colores, y no en urna, de manera que todos los presentes podían ver qué votaba cada uno. Según fuentes del Consejo General, antes de la reunión se había solicitado que fuera voto secreto, pero finalmente no se ha seguido este procedimiento.
Sin embargo, al entrar en la sala se le dio a cada consejero una acreditación con un número, para votar, y también había una urna sobre una mesa. Por eso se sorprendieron cuando les dijeron que tenían que votar a mano alzada.
Todos estos hechos generaron una situación de caos y motivaron "gran parte de la discusión y la bronca" que hubo durante el encuentro. Según una fuente presente en la reunión, muchos consejeros quedaron "bastante disgustados" ante un proceso que "no ha sido demasiado limpio".