La actividad del volcán de La Palma se ha trasladado al cono secundario. Emite gran cantidad de lava que amenaza de nuevo a La Laguna.
La montaña en Cumbre Vieja está a pleno rendimiento. Toda la energía del foco principal, que parece que se ha apagado, se ha trasladado a los secundarios. Desde Tajuya se observan algunos desbordamientos.
Toda la atención está puesta en los aportes lávicos de la colada que está más al norte, que es la que puede hacer más daño de nuevo al barrio de La Laguna.
De los nuevos centros de emisión brotan varios ramales de lava que descienden la ladera a gran velocidad -un metro por segundo- pero también con potencia. La suficiente como para arrastrar enormes fragmentos errantes de material volcánico.
Uno de estos flujos bordea la antigua colada más al norte y es el que amenaza lo que queda en pie del barrio de La Laguna.
Si estos nuevos aportes lávicos continúan avanzando manteniendo su trayectoria, afectarían lo que aún queda intacto en esta zona. Los expertos confían en que se detenga.
Mientras el cráter principal sigue inactivo desde ayer. Es como si el volcán hubiera trasladado toda su fuerza a los focos de erupción más recientes.