El rápido avance de la colada en La Palma en las últimas horas se debe a que la lava procede de mayores profundidades de la tierra. Sale a mayor temperatura y mucho más fluida, es lo que se conoce como erupción hawaiana. Con ríos incandescentes deslizándose por las laderas, similares a los que vimos no hace mucho, por ejemplo, en el volcán Kilauea
Desde el helicóptero de la Guardia Civil vemos la colada incandescente casi de principio a fin. Porque su temperatura es ahora más elevada. Ríos de lava con varios brazos, idénticos a los que generó el Kilauea en Hawái, aunque por terreno casi desértico.
El comportamiento del volcán de La Palma es ahora predominantemente hawaiano. Ya no se producen explosiones como las de los primeros días, porque hay menos gas en el cráter, aunque no se descarta que se vuelvan a producir.
Además el magma se expulsa ahora limpio, sin ceniza. Se ha limpiado el canal de emisión, por eso ahora la lava sale ahora en forma de fuente. Gran similitud con el volcán de Hawái, aunque aquel tenía más bocas de emisión. En cualquier caso, su poder de destrucción también se parece. La lava devora todo lo que se le pone a su camino, ya sea un coche o las centenares de casas que ya ha arrasado en La Palma.
El volcán Kilauea, uno de los más recientes en formarse y de los más activos del mundo, entró en erupción por última vez, formando ríos de lava incandescente, en diciembre de 2020. La erupción despertó a todos los habitantes de la Isla Grande y disparó una nube de vapor y cenizas.
En 2018, otra erupción del volcán Kilauea arrasó 700 viviendas y la lava fluyó cuatro meses. Miles de personas tuvieron que huir de sus hogares debido a la lava, que alcanzaba alturas acumuladas de hasta 10 metros.